"Hay un reproche inicial que hacer, no a los que se manifestaron
libremente, sino a los responsables de dar cuerpo político a esa
expresión. Merecen reproche los que mostraron ese camino a la ciudadanía
como estrategia espuria para tapar sus faltas y para obtener
rendimientos estratégicos o electorales.
Y merecen reproche también
quienes vieron venir el problema y fueron incapaces de reaccionar más
allá del menosprecio o la frivolidad. Es decir, se equivocaron los
nacionalistas catalanes y se equivocó el Gobierno de Rajoy. Y tantas
equivocaciones van a costarnos caras.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Hay quienes siempre optaron por la
independencia como conclusión de una reflexión honesta, pero nunca
fueron muchos. Buena parte de los que ahora han promovido, han impulsado
o se han apuntado a la corriente separatista lo han hecho para ofrecer a
la sociedad catalana un ‘pim-pam-pum’ sobre el que descargar las
frustraciones que conlleva la crisis.
Los nacionalistas que gobiernan
buscan desviar la atención respecto a sus dificultades financieras y sus
recortes. Los nacionalistas que no gobiernan pretender agitar el viejo
espantajo victimista para recoger votos en unos eventuales comicios
adelantados." (El Plural, 17/09/2012)
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