" Mientras Murcia y la Comunidad Valenciana únicamente han anunciado
el volumen del importe que requerirán para hacer frente al próximo
vencimiento de obligaciones, la Generalitat de Cataluña ha señalado que
si bien necesita 5000 millones de euros, no aceptará ningún tipo de
condicionalidad o menoscabo de su autonomía política.
Mal comienzo para
empezar a negociar un acuerdo que requiere una gran dosis de lealtad,
colaboración y coordinación institucional para que la imagen del Estado
en el exterior no se deteriore aún más.
El rescate catalán admite en todo caso análisis desde diversos
planos. En el nivel de consumo político interno, lejos de lo que pudiera
parecer, el ‘default’ de las instituciones catalanas es un triunfo más
en la larga marcha hacia la independencia.
Como si de dirigentes
maoístas se trataran, el rescate ha sido presentado por los líderes del
nacionalismo catalán (entre los que cabe incluir a algunos dirigentes
del PSC) como la consecuencia del déficit fiscal y el expolio económico
al que somete el Estado español a Cataluña.
La sociedad catalana tiene
absolutamente mascado e interiorizado el discurso del victimismo, que
siendo justificable en el terreno de las infraestructuras, ha entrado ya
en una fase alucinógena donde cada decisión errónea o discutible de la
Generalitat encuentra su explicación en el sistema de colonización
política y económica que parece esconder el sistema constitucional
español.
Esta forma de irresponsabilidad política organizada, permite
eludir cualquier signo de autocrítica individual y colectiva, necesaria
cuando ocurre un fracaso como el que acaba de acontecer en España y
Cataluña, y soslayar la revisión de aquellas políticas que han conducido
a la petición de un rescate en términos tan agónicos y urgentes.
En el plano jurídico, el rescate comienza a configurarse en España como
una institución con rasgos propios, que asume, gracias a la reforma de
septiembre del año pasado del art. 135 de la Constitución, las funciones
ideológicas y económicas proyectadas por el derecho neoliberal de la
Unión Europea.
El plan de ajuste y la condicionalidad que implica todo
rescate tienen como objetivo limitar el gasto público a través de la
reducción del estado del bienestar y la reordenación administrativa de
sus tareas. ¿Podrán vivir nuestras sociedades sin una economía
financiarizada?
A la mayor parte de los políticos autonómicos la
respuesta a esta pregunta les trae sin cuidado, pues la existencia del
fondo de liquidez, como en su momento la hipótesis de los hispabonos,
les permite seguir dejando que sea el Estado el que tome las decisiones
difíciles que exige Bruselas, para a continuación poner en cuestión
tales decisiones o simplemente encontrar la forma de no cumplirlas
(reforma sanitaria).
La deuda autonómica seguirá acumulándose debido a
las tétricas perspectivas económicas para 2013 y a que la mayor parte de
los presupuestos autonómicos siguen sin contemplar, después de cinco
años en crisis, un equilibrio transparente entre los gastos y los
ingresos. Acuérdense de lo que ha ocurrido con las cajas de ahorro y
extrapólenlo a los problemas de financiación regional. (...)
Hoy, en el mundo de la economía globalizada, soberana es la
aristocracia financiera con capacidad para prestar y exigir el
cumplimiento de una serie de condiciones políticas por parte de quien
recibe el préstamo. Por ello, para aquellos que en Cataluña confunden
autonomía con soberanía o sueñan con ejercer un poder constituyente
originario, el rescate por parte de un país que a su vez ya está
rescatado no debería cargar de más razones su independentismo, sino
hacer reflexionar sobre la viabilidad del Estado-nación en un mundo de
competencia abierta y depredadora.
No cabe sin embargo esperar ninguna
reflexión en dicho sentido, porque la coincidencia del rescate con la
petición de un pacto fiscal inasumible para España, augura un momento
histórico de confrontación en el que los tradicionales avances con
respecto al autogobierno pueden transmutarse en cambios rupturistas
hacia la independencia de Cataluña. De momento llega el teatrillo de la
Diada, donde se venderán señeras con un 60% de descuento, no sabemos si
gracias a la subvención de la Generalitat." (Josu de Miguel Bárcena, EL CORREO, 5/9/12, Fundación para la Libertad, 05/09/2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario