"Importante sectores sociales catalanes han vindicado el pasado 11
de septiembre la independencia de Catalunya. ¿La izquierdas
transformadoras deben abonar esa vindicación?
No pienso que
sea la posición que, de entrada, han de adoptar las izquierdas. Para mí
es más congruente la propuesta federal. Entendiendo que si bien en el
referéndum de autodeterminación una excluye a la otra, federalismo e
independentismo no son conceptos antagónicos para la izquierda; sólo lo
son para los nacionalismos de diferente signo.
Para mi - federalista en
una u otra situación- el antagonismo está con el centralismo. Y el
federalismo no se agota en ese referéndum es también una posición para
la gestión del tiempo posterior desde la izquierda, sea la del rechazo o
la de la aceptación de la independencia.
Lo que me sorprende es que la
izquierda catalana, y más aquella que más pretende identificarse con las
clases populares, defienda tan débilmente esa posición federal; habrá
que pensar que había mucho federalismo de boquilla, de oportunismo de
minoría, en una buena cantidad de dirigentes institucionales de la
izquierda.
Dicho eso, no me repugna que elementos de izquierda propongan
la independencia, si no lo hacen por mero seguidismo; si al propio
tiempo plantean y argumentan la posibilidad de hegemonizar el
independentismo. A esos sectores, si fueran ya hegemónicos, estaría
dispuesto a sumarme desde mi federalismo.
Si no lo son – y es obvio que
esa es la situación – les plantearía la necesidad de tener en cuenta el
tiempo político y de que consideraran cuándo y en qué condiciones ha de
plantear el referéndum; de lo contrario están aceptando, sin más, que la
agenda te la marque la derecha. ¿Por qué hay derechas, verdad?
Las
hay desde luego y hegemonizan casi todo. ¿Por qué cree que hay tanto
sentimiento independentista en la sociedad catalana actual?
Lo diré muy breve, por el torpe éxito de los separadores; por las coincidencias de fondo de los dos nacionalismos.
Me
imagino la repuesta pero tengo que preguntar: ¿la opción federalista es
una opción podrida como decía hace poco un historiador independentista
catalán?
Eso es una falta de respeto. Puro nacionalismo
exclusivista, totalitario. Nunca he adjetivado de podrido al
independentismo a causa de sus repetidos fracasos.
¿De qué deberíamos hablar para ser más precisos? ¿De federación o de confederación?
Entiendo la confederación como una variante del federalismo, que puede
ser la más conveniente cuando hay diferencias nacionales. Porque la
propuesta federal es también válida para una sociedad “mononacional”, la
alemana por ejemplo. Detallar las diferencias requeriría ahora una
larga respuesta. Vayamos por pasos.
De acuerdo. Si habláramos
de federación, ¿qué entidades deberían federarse? ¿Castilla, País
Vasco, Galicia, Andalucía, Catalunya?
Si, las que citas.
Tengo mis dudas sobre Andalucía, pero no puedo desconocer el proceso de
las últimas décadas. También pienso que a las islas, Baleares y
Canarias, se las ha de considerar de manera particular en ese esquema. (...)
Las dos últimas: la burguesía catalana, ¿por qué carta opta en estos momentos en su opinión?
Uff!!! Depende de qué sector. En cualquier caso, elementos
representativos o con peso –sobre todo esto último– de esa burguesía,
como Rosell (Fomento), la cúpula de La Caixa, por ejemplo, no parecen
muy contentos con los pasos que se están dando. Quizás los Carulla -por
poner un nombre- sí, los Carulla optan por la independencia. En este
apartado hay diversas lecturas a hacer.
¿Qué lecturas?
En primer lugar es harto sabido que ninguna burguesía es homogénea, ni
deja de tener intereses diferentes e incluso contradictorios en su seno.
No tiene el mismo interés quien encabeza el segundo banco de España,
que quien está apostando a salir de la crisis a través de la adopción de
un modelo de economía exportadora. Esa sería la principal lectura.
Otra, en segundo término, es que hay una parte de esa burguesía que ha
aceptado el liderazgo de Convergència por su, digámoslo así, resultado
social; es la continuación de la apuesta del Foment en las primeras
elecciones autonómica de 1981. Convergència continuaría siendo el mejor
intérprete del neoliberalismo y el mejor dique, por su populismo
político –no económico– para el conflicto social.
Un ejemplo de eso
sería, me parece, las posiciones que hoy defiende Gay de Montellá. Y
cabría también otra lectura: hay una parte de la burguesía catalana a la
que se le han subido mucho los colores a raíz de la estafa del Palau,
han padecido una crisis de autoestima –comprensible– y esta patada a
seguir de Artur Mas, que más que independentistas es uno de los suyos,
les hace recobrar la autoestima.
¿Es en tu opinión CiU quien
está hegemonizando la opción independentista? ¿No está ocultando con
ello su política económica de neta orientación ultraliberal?
Oculte o no oculte, Convergència está hegemonizando la actual movida
independentista. Y ese es un dato político de primera magnitud que se ha
de considerar a la hora de tomar decisiones y hacer propuestas.
Gracias. ¿Quieres añadir algo más?
Quizás
sea obvio, después de lo que vengo diciendo, pero creo que es
indispensable recuperar un discurso federal fuerte, valiente,
propositivo, no negativo, no antiindependentista pero si claramente
diferenciado del independentismo. Una parte de la debilidad del
federalismo de la izquierda mayoritaria en Cataluña es que muchos de
quienes lo defendían lo hacían en términos de estación de tránsito.
Fijado así, el federalismo pierde sentido cuando no hay nadie en ella
que lo espera. En un federalismo débil, posmoderno. La propuesta federal
tiene sentido como propuesta de principio, y no como propuesta
transitoria. Y el argumento de que no hay nadie del otro lado que la
acoja es capcioso.
Depende de que cómo se les llame. Yo creo que Pascual
Maragall no lo hizo de la mejor manera, aunque el fracaso de la reforma
estatutaria fue responsabilidad: 1º de las maniobras pactistas de Artur
Mas -¿hay que recordarlo?– y 2º de la ofensiva centralista del PP;
luego, yo consideraría la gestión de la propuesta que el PSC y el
Gobierno tripartito hicieron. Pero lo pasado, pasado está.
¿No hay nadie
al otro lado de la puerta? ¿Es eso una verdad absoluta y definitiva?
Pues, estos días precisamente, alguien tan identificado en el pasado con
una visión unitaria de España –recuerdo que el estado de las autonomía,
como la República del 1931, son estados unitarios– el diario EL País,
viene editorializando desde la semana pasada a favor de la solución
federal.
Espero que no sean los únicos y que los que hoy están callados
sepan de una vez que es lo que tienen que decir. La solución del
conflicto actual no puede quedar en manos del nacionalismo catalán y del
nacionalismo español." (Entrevista a José Luis Martín Ramos, Rebelión, 24/09/2012 , Salvador López Arnal)
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