21/9/12

Ahora Cataluña recauda el IVA de 50.000 millones de mercancías que nos vende. Con la independencia, dejaría de ingresarlo

" Los defensores de la independencia, de Cataluña o en su caso de Euskadi, visualizan el futuro de su nación como una Arcadia feliz de cuyas fuentes manarán la leche y la miel y en cuyos campos, una vez liberados de las gruesas cadenas que nos atan a la rémora de España, caería copioso el maná en las noches estrelladas.

 Los otros, los defensores de seguir unidos, tendemos a pensar que sería un desastre total, supondría un empobrecimiento mutuo relevante y aumentaría el paro de manera escandalosa. (...)

¿Cómo será la realidad? Pues supongo que menos complaciente de lo que piensan los independentistas, pero también menos abrupta de lo que sospechamos los demás. En economía, la gente tiende a actuar con racionalidad. He dicho tiende, porque a la vista está que no siempre actúa con ella. 

Y eso nos llevaría a pensar que, pasado el primer momento de disgusto, compraría donde le salga más barato y vendería donde pueda y le paguen más. Es decir, no creo que fuese tan grave, siempre y cuando se tratase de una separación a la checoslovaca. Porque, no quiero ni pensar lo que sería una separación a la yugoslava.

En toda esta algarabía (Rajoy dixit) hay un asunto capital, que es la relación con Europa. Es evidente que, fuera de la UE y del euro, Cataluña o Euskadi sobrevivirían con extrema dificultad. Hasta tal punto es así que, a mí, la cuestión no me da, de momento, tanto miedo. Mientras el aguerrido Mas o el discreto Urkullu vayan a Madrid a hablar de todo esto, no pasará nada irremediable, porque allí les resultará imposible obtener sus exigencias.(...)

 Por ahora, ¿qué dice Europa de todo esto? Pues si repasan el artículo 49 del Tratado de la Unión comprobarán que allí se determina lo siguiente: «Cualquier Estado europeo que respete los valores mencionados en el artículo 2º y se comprometa a promoverlos podrá solicitar el ingreso como miembro en la Unión… 

El Estado solicitante dirigirá su solicitud al Consejo, que se pronunciará por unanimidad después de haber consultado a la Comisión y previa aprobación del Parlamento Europeo, el cual se pronunciará por mayoría de los miembros que lo componen…

 Las condiciones de admisión y las adaptaciones que esta admisión… serán objeto de un acuerdo entre los Estados miembros y el Estado solicitante. Dicho acuerdo se someterá a la ratificación de todos los Estados contratantes, de conformidad con sus respectivas normas constitucionales».

Lo cual, nos blinda frente a la fórmula yugoslava. Sinceramente, a Mas le veo en la manifestación (en la próxima), pero no en la barricada. Otra cuestión, menos importante, pero en absoluto desdeñable y de la que no oigo hablar, es el resultado que daría el juego del IVA en los intercambios comerciales de Cataluña con el resto de España, un mercado que les absorbe, cada año, 52.000 millones de euros en mercancías.

 Ahora son ellos quienes ingresan el IVA, a pesar de que lo pagan los españoles que compran sus productos y utilizan sus servicios y, al final, se lo suman al grueso capítulo de sus agravios, cuando son otros quienes han realizado el esfuerzo de pago. Puesto que la exportación está exenta de IVA, todo ese dinero desaparecería de sus ingresos fiscales. 

¿Han hecho bien los cálculos de cómo quedaría su balanza fiscal, considerando el enorme exceso de sus exportaciones sobre sus importaciones? Si quieren más, de las cosas de comer, vayan al asunto de las pensiones, en donde su estructura demográfica, no digamos la nuestra en Euskadi, convierte en una ruina el saldo entre prestaciones y cotizaciones.

Lo que causa asombro es que los partidos de izquierda catalana caminen de la mano, o incluso arrastren a la odiada burguesía, por las calles de Barcelona tras una propuesta que, digan lo que digan, pretende reducir y limitar la solidaridad de una comunidad rica frente a las comunidades pobres.

 ¿Se imaginan qué dirían, ellos mismos, si los catalanes ricos salieran a las calles para reclamar un límite, por cierto mucho más generoso, a su solidaridad con los parados y/o indigentes catalanes? ¿Es eso ser progresista? Vivir para ver."                 (Ignacio Marco-Gardoqui, EL CORREO, 20/9/12, en Fundación para la Libertad, 20/09/2012)

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