"Los diputados autonómicos de Alfons López Tena y Uriel Bertran, ambos
de Solidaritat Catalana, dicen en sede parlamentaria que “España nos
roba”. Jordi Cañas (Ciudadanos) critica que se normalicen ese tipo de expresiones.
Y, finalmente, la presidenta del Parlamento autonómico, Núria de
Gispert (CiU), alerta que como la mayoría de diputados autonómicos no
están de acuerdo con esa inoportuna expresión, no las va a admitir.
Probablemente, decir que “España nos roba” no tan solo no se corresponde con la realidad,
como cuando se habla de “expolio fiscal” en vez de “déficit fiscal”
(aunque sean cifras desorbitadas), sino que, además, roza (o incluso
algunos piensen que traspasa) algunos límites que se deberían
reconsiderar. (...)
Decir con naturalidad que “España nos roba” es tan peligroso, y me
produce la misma sensación, que la que me provocaría un diputado alemán
que dijera en su parlamento que “Grecia nos roba”, fomentando así un
conflicto con antecedentes históricos más bien recientes. Ahora bien, ¿prohibiendo el uso de la expresión qué se soluciona?
Las horas siguientes a la polémica, que sin serlo es de apariencia
puramente anecdótica, López Tena -hábil, pero, maleducado e hiriente- se ha dedicado a injuriar y descalificar
(“mamarracha”, ha llegado a decir) a la presidenta de una institución
(catalana, por cierto).
¿Por quSin embargo, algunas cosas que nos deberíamos
plantear son: ¿la libertad de expresión de un diputado puede limitarse
con esa argumentación? ¿Soluciona, o al contrario, agrava el problema
prohibir el uso de determinadas expresiones? ¿Por qué no se habla del
problema de fondo? ¿Qué limites debería tener la solidaridad entre territorios? ¿Qué precedentes marca la polémica de ayer?" (lavozdebarcelona.com, 02/11/2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario