2/10/19

e-notícies: la sentencia y las detenciones de los CDR están calentando el ambiente... Pero a pesar de las apariencias -las consignas, el griterío, los numeritos- el proceso está en franca retirada... al independentismo ya sólo le queda el berreo, el victimismo o el lloriqueo...

"Alfons López Tena -el mismo que acuñó la expresión Espanya ens roba- afirmó hace mesos que “los catalanes no quieren la independencia, sinó desear la independencia”. Al prinicipio me sorprendió la afirmación pero no es mala teoría.

El líder del PPC, Alejandro Fernández, profundizó un poco más en la materia durante el reciente debate de política general. “Señor Torra -manifestó-, si tiene que declarar la independencia de Catalunya, hágalo ya, hoy, aquí y ahora, pero por el amor de Dios, no nos torture más con sus monsergas, porque eso sí que no hay quien lo aguante. Se lo ruego encarecidamente”.

En efecto, president, hágalo pero hágalo de una puñetera vez.

No hay huevos.

La prueba definitiva es que el mismo hombre que el miércoles pesumía de coraje en el Parlament -“¿qué os da miedo?”- el viernes descolgaba la pancarta de Palau tras haber dicho por activa y por pasiva que no lo haría.

Fer volar coloms. Marear la perdiz

Más allá de las apariencias, los gritos y los follones en el hemiciclo, el independentismo se ha dado de bruces con la realidad.

El Estado -los jueces, la fiscalía, la diplomacia, el BOE, la Guardia Civil- funciona. El mismo Estado al que menospreciaron.

Todavía resuenan en mis oídos aquellas palabras proféticas de Francesc Homs antes de su juicio en el Supremo de que si lo condenaban sería el “fin del Estado”.

No hay noticias de que el Estado se haya hundido.

En cambio, el otrora poderoso consejero de Presidencia -uno de los gurús de la revuelta de las sonrisas- se gana ahora la vida haciendo de abogado sin haber pisado nunca antes un juzgado. Pobres clientes.

Ahora consideran que, con la sentencia, quizá hay una nueva oportunidad. La última. Ahora o nunca. Con la sentencia y las detenciones de los CDR. Por eso están calentando el ambiente. Incluso desde Waterloo. Pero a pesar de las apariencias -las consignas, el griterío, los numeritos- el proceso está en franca retirada.

Hasta el representante de la CUP, Carles Riera, habló más de autodeterminación -¡trece veces!- que de independencia -apenas dos-. Y el mismo Torra, que renegaba de los referéndums, ahora pide “un referéndum pactado, vinculante y reconocido internacionalmente”.

Fer volar coloms. Marear la perdiz.

¡Pero si incluso recuperó el tema del déficit fiscal! ¿President, que no marem? Si nos vamos porque pedir un nuevo sistema de financiación?

Es triste decirlo pero al independentismo ya sólo le queda el berreo, el victimismo o el lloriqueo.

El episodio de los CDR detenidos -una presunta violencia que el president todavía no ha condenado- y la retirada de la pancarta sólo confirma una cosa que saben hasta sus consejeros más allegados si le queda alguno: a éste hombre le viene grande el cargo.

Cuanto más tarden en sustituirlo más dura será la caída. Y que conste que lo digo con pesar. Le conozco desde hace muchos años. De hecho empezó su carrera política escribiendo en e-notícies."                    (Xavier Rius, director de e-notícies, 27/09/19)

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