1/9/11

Un racista catalán "Nadie me ha convencido de que sea mejor una Rambla con gente de muchas razas que únicamente con gente de raza blanca mediterránea"

"Las declaraciones de Heribert Barrera muestran la verdadera cara del nacionalismo, que no es violento cuando le conviene, pero es partidario del uso de las armas llegado el momento. Rara vez el nacionalismo es tan transparente como en el caso de este individuo, lo que es de agradecer.

Y es también un síntoma de la podredumbre de la sociedad de las cuatro provincias: los ciudadanos conocen los hechos y sus protagonistas, y sin embargo una parte sustancial de ellos les siguen votando. Las conciencias políticas de un sector importante de la ciudadanía catalana están gravemente lesionadas.

En vida, Barrera se declaró partidario, entre otras cosas, de convocar un referéndum sobre la admisión de extranjeros en Cataluña y del restablecimiento de la pena de muerte.

En su libro Què pensa Heribert Barrera? (2001), este engendro sostiene lindezas del tipo “En América, los negros tienen un coeficiente inferior al de los blancos”.

Con motivo de las celebraciones del aniversario del parlamento autonómico catalán, Barrera volvió a manifestarse contrario a la inmigración y expresó su solidaridad con líderes de la ultra derecha europea, como el austríaco Haider.

También defendió la esterilización del que es “débil mental a causa de un factor genético” y sostiene que “el bilingüismo implica la desaparición de Catalunya como nación" (El Periódico, 1.3.01).

Con motivo del 23 F, Barrera declaró: "Antes hay que salvar a Catalunya que a la democracia" (El Periódico, 1.3.01)

Este nazi con barretina fue elegido por los militantes de ERC como su secretario general entre 1976 y 1987 y como su presidente de 1991 y 1995. En decir, tras haber publicado su libro racista y haberse manifestado como abanderado del fascismo etnicista.

En cuanto al resto de partidos catalanes, sus líderes le eligieron presidente del parlamento regional en 1980. Carod-Rovira, sucesor de Barrera en la presidencia de ERC, comentaba así el aniversario del parlamento catalán:

"Durante un cuarto de siglo, con muchas complicidades por parte de todos, nunca se ha roto el hilo invisible que nos unea todos."

Esta es la transcripción de la entrevista a Barrera que Víctor-M. Amela y Salvador Sanjuán publicaron en La Vanguardia el 1 de marzo de 2001:

-Me parece que el portero de su finca es inmigrante...

-Sí, es cubano. Lleva poco tiempo aquí.

-¿En qué lengua hablan?

-En castellano. Yo ahora empiezo a decirle cosas en catalán. Confío en que dentro de un año entienda ya el catalán del todo.

-Y si no, ¿qué?

-Ésa es la amenaza de la inmigración para el futuro del catalán: hoy se usan catalán y castellano casi por igual, pero si sigue este flujo inmigratorio..., el catalán desaparecerá.

-¿Seguro? Ha resistido bien hasta hoy.

-Es una simple cuestión numérica: la mayoría de los inmigrantes adopta el castellano, y como cada vez llegan más... Si Cataluña tuviese Estado, tendrían que hablar catalán, pero como no es así... ¡Cataluña desaparecerá!

-Quizá el catalán, pero no Cataluña.

-Si desaparece el catalán, desaparece la identidad catalana: desaparece Cataluña.

-Una Cataluña: la que a usted le gusta.

-Sí: un país con sus propios rasgos y su lengua diferenciada. La Cataluña que más me gusta es la de antes de la guerra.

-Ya: antes de que llegaran inmigrantes.

-Aragoneses y murcianos no eran ningún problema: nos eran muy cercanos. Los andaluces... ya no era lo mismo. Pero pudimos asimilarlos. Pese a eso, Cataluña ha cambiado... Pero, bueno, ya me está bien como está.

-¿Sin más cambios? ¿Y por qué no?

-Si los ecologistas defienden a una ranita mallorquina, ¿por qué no voy yo a luchar por defender esta lengua, esta identidad?

-Quizá porque más valiosas que las identidades patrias son las personas.

-Son compatibles. ¡Y no es un derecho humano instalarse por voluntad propia en cualquier sitio! Eso hay que regularlo: se hace en todos los países. Yo le preguntaría esto a la gente en un referéndum: "Cualquiera que llegue aquí, ¿tiene derecho a quedarse?".

-Y usted votaría no, claro.

-Yo ¡y la mayoría de la gente! Si ganase el sí, ¡me callaría y me aguantaría!

-¿Se iría de Cataluña?

-A mi edad... Me quedaría, pero sabiendo que, en unos decenios, Cataluña sería ya otro país. Y aunque yo no lo veré, eso me apena.

-¿Le deprimiría ver mezquitas?

-No por la religión, que yo soy agnóstico, sino porque significaría un cambio cultural y social de mi país, y yo no deseo eso.

-Se podría ser musulmán y catalán, ¿no?

-Cierto: los bosnios, antes que musulmanes o cristianos, eran todos bosnios. Pero no creo que aquí pasara algo así. Mejor iglesias que mezquitas, puesto que tenemos la cosa así. Es mejor un reparto geográfico de las doctrinas: allí, mezquitas; aquí, iglesias. ¿Para qué mezclarlo todo? ¡Cada cosa en su sitio!

-¿Y por qué no mezclar? La variedad, la mezcla, el contraste... ¿No es estimulante?

-¿Sí? Yo no le veo las ventajas a eso. Nadie me ha convencido de que sea mejor una Rambla con gente de muchas razas que únicamente con gente de raza blanca mediterránea, ni al revés tampoco.

-Como mínimo, con variedad es más entretenido, me parece.

-Eso será así para usted. Esto es sólo cuestión de gustos, pues. A mí no me gusta.

-En suma: está en contra del plurilingüismo y de la multiculturalidad.

-Sí. En un plurilingüismo, al final, pierde la lengua más débil: el catalán. ¿Y por qué ha de ser bueno que se bailen sevillanas en Cataluña si con eso se pierde alguna tradición propia? Las sevillanas, en Sevilla.

-Para acostumbrarse a las diferencias...

-Mire, si en una colectividad se rebasa un cierto porcentaje de recién llegados, surgen conflictos: Ca n'Anglada, El Ejido... Lo sensato es desplazar a algunos, distribuirlos bien...: evitar concentraciones conflictivas.

-¿No preferiría expulsarlos a todos?

-A los que llegan aquí sin papeles, sí. Y a los extranjeros que estén delinquiendo. Por eso me parece bien la ley de Extranjería.

-La izquierda dice que no, que está mal.

-Porque suena mal decir lo que yo digo, pero España es hoy el país más fácil para conseguir papeles, ¡y por eso las mafias traen aquí a tantos y tantos inmigrantes!

-¿Demasiados, que diría el racista Haider?

-Cuando Haider dice que en Austria hay demasiados extranjeros, no es racista. Sólo da una opinión: dice que le gusta más la Austria tradicional. No dice que nadie sea superior, ni discrimina, que eso sí sería racismo.

-A este paso, acabará usted justificándome la pena de muerte...

-Pues no estoy seguro de que la abolición de la pena de muerte deba ser algo definitivo. Yo voté contra la pena de muerte cuando era diputado..., pero no sé si hoy lo haría.

-No me diga eso...

-Oiga, llega un momento en que te dices, a ver..., si alguien premeditadamente coge un arma y entra en casa de dos viejecitos para matarlos y robarles... ¡pues puede que merezca la pena de muerte! Hablo de asesinos.

-¿Como los asesinos de ETA?

-Me merece más respeto el asesino de ETA que el que ha ido a matar a los viejos.

-Pero, oiga ¡¿por qué?!

-Porque, equivocado o no, el de ETA mata por ideales. El otro, sólo por dinero. Si hubiera pena de muerte para asesinos, debería ser para todos ellos, no sólo para los de ETA.

-Acabo: ¿qué sentiría usted si un día hubiese un president de la Generalitat magrebí?

-Si es de origen magrebí pero habla catalán, es que hemos vencido. Si no es magrebí y habla en castellano, hemos perdido.

-Si el día de su muerte ve una Cataluña mestiza y que habla castellano, ¿qué pensará?

-"Pusiste tu grano de arena para evitar esto..., pero no has podido: has fracasado."

Artículo aparecido en La Vanguardia el día 27 de febrero de 2001:

Heribert Barrera, ex secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya y ex presidente del Parlament, sostiene que "si continúan las corrientes inmigratorias actuales Cataluña desaparecerá", aunque espera que sea posible integrar a la población inmigrada de origen español y a los recién llegados de fuera de España. (...)

Barrera alude además a El Ejido: "La gente de El Ejido no ha de verse dominada por la gente que viene de fuera. La solución habría de ser la expulsión progresiva de quienes trabajan y sustituirlos por trabajadores de la zona hasta que quede un porcentaje aceptable".

También señala que cuando "el señor Jörg Haider (el líder de la ultraderecha austríaca) dice que en Austria hay demasiados extranjeros no está haciendo ninguna proclama racista".

En consecuencia con estas ideas, Barrera indicó a este diario que debería celebrarse un referéndum con términos precisos y comprensibles en el que se preguntase a los ciudadanos "si están dispuestos a aceptar que cualquier persona que venga ya tiene derecho, por este hecho, a quedarse, y a quedarse con los mismos derechos que los ciudadanos que aquí viven" (Bye, bye, spain, 'Así era Barrera, el líder racista del nacionalismo catalán', 28/08/2011)

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