4/7/11

Barcelona fue aclamada en el mundo, pero sobre todo en España. Su decadencia hay que relacionarla con el abandono de esta capitalidad española...

"Arcadi Espada, periodista y profesor universitario, en un artículo publicado este sábado en El Mundo: ‘[...]

Me gustaría razonarte el porqué del éxito [del PSC en Barcelona durante 32 años]. En primer lugar está la Barcelona moral, importantísima. Durante los años de hierro del pujolismo, mientras la construcción de Cataluña se organizaba a fuerza de exclusión, Barcelona fue una pujante zona desmilitarizada.

Este carácter, por cierto, lo ha mantenido hasta ahora mismo. El cambio más profundo de la ciudad en estos últimos años alude a la inmigración. Zonas enteras y muy significativas han cambiado radicalmente su paisaje humano, y lo han hecho sin traumas.(...)

Íntimamente vinculado a la moral está el ejemplo político. En la década olímpica, que comprende los años de preparación de la candidatura, la nominación, el gran éxito de los Juegos y su digestión posterior, Barcelona actuó como una poderosa ciudad española. Con sus matices y hasta con sus impertinencias, pero vinculada, y aliada, al poder del Estado.

Un poder que, entre otras maravillas, sirve para poder permitirse una programación cultural poderosa. Las irresponsables campañas del Freedom for Catalonia, llevadas a cabo por los nacionalistas, no obtuvieron mayor éxito. (...)

Su indiscutible decadencia de los últimos años hay que relacionarla con el voluntario abandono de esta capitalidad española y el paulatino peso que va adquiriendo en el relato ciudadano su condición de capital de Cataluña.

Una condición que acabó manifestándose de chusca manera en el llamado referéndum por la independencia, que centró en Barcelona sus expectativas y su éxito y que fue organizado, no cabe olvidarlo, con un presidente socialista en la Generalitat. Los dos tripartitos fueron, de hecho, esenciales para la decadencia del relato político alternativo de Barcelona. La cruel y veraz paradoja. [...]

[...] Treinta años. Una enormidad democrática. Habrán dejado vicios, inercias, taifas y cajones que convenga airear. Pero un gobierno tan largo, y que gestionó empresas de la ambición económica de unos Juegos Olímpicos, no ha dado más que señales de corrupción episódicas y ninguna de ellas probada ante un juez. Los gobernantes socialistas fueron, además de hábiles, honrados." (lavozdebarcelona.com, 03/07/2011)

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