9/12/09

Nos van a volar la casa ¿Por culpa de los socialistas?

"Cinco meses después de que ETA devastara con una bomba la sede socialista local, los residentes han iniciado una protesta, con apenas precedentes en Euskadi, para que el local sea trasladado de lugar. Unos inquilinos afirman sentirse «en peligro», mientras otros critican que no rechacen a la banda en los carteles colocados en la fachada.

Quien circule por la calle San Roke de Durango puede contemplar un bloque de viviendas donde más de quince carteles, algunos de ellos acompañados de ikurriñas, exigen desde los balcones y ventanas: 'Sederik ez' ('sede no'). En la planta baja del edificio, situado en el portal número 1 de la anexa calle Astxiki, se encuentra la razón de la reclamación: la casa del pueblo. Cinco meses después de que ETA devastara con una bomba la sede socialista local, los residentes han iniciado una protesta, con apenas precedentes en Euskadi y ninguno de este calado público, para que el local sea trasladado de lugar.

El atentado ocurrió alrededor de la medianoche del 9 de julio pasado. ETA arrasó el establecimiento del PSE con tres kilos de explosivos y sin ningún tipo de aviso previo. Los importantes daños materiales que provocó la acción terrorista en el inmueble pudieron haber alcanzado otra dimensión mucho más dramática si un vecino no llega a ver cómo un encapuchado depositaba una bolsa frente a la puerta de la casa del pueblo poco después de las 23.30 horas. (...)

La indignación que sufrieron los alrededor de 40 vecinos que tuvieron que ser desalojados de sus domicilios aquella noche de julio parece no haberse mitigado y muchos de ellos claman por el traslado de la sede a otro lugar. «Claro que nos sentimos en peligro», responde, cuando se le pregunta por los carteles, un matrimonio que jugaba en la tarde de ayer con sus hijos pequeños por los alrededores de la urbanización.

Pese a no desvelar su identidad, la pareja admite haber colgado las pancartas en sus balcones. «Aquel día pudo haber pasado cualquier cosa, porque era pleno verano y muchas familias dejan a los chavales jugando solos por la zona mientras toman algo o están en casa. Esa es nuestra impotencia y nuestra rabia», puntualiza la mujer.

Algunos residentes de otros inmuebles próximos al edificio comprenden esta intranquilidad, aunque a más de uno le llama la atención que en los carteles no haya referencias a ETA. «¿De quién es la culpa, de los socialistas o de los terroristas por poner bombas?», reflexiona un durangués que tiene claro que el fin de la banda armada debe llegar de forma «inminente».
" (Fundación para la Libertad, citando a EL CORREO, 9/12/2009)

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