9/12/09

El BNG... el nacionalismo gallego... a la deriva

"En las últimas elecciones europeas, en junio, el BNG cosechó un exiguo 10% de votos. Es de suponer que en el futuro ese porcentaje se verá aumentado, pero no lo bastante como para evitar convertirse en el mejor de los casos a un mero condimento de un gobierno de mayoría socialista, como ya es el caso en la mayoría de los ayuntamientos del país.

Un desastre, derivado de una muy mala gestión de su espacio, de una casi neurótica alergia a la ósmosis social y de un ensimismamiento que se agrava por ese acartonamiento producto de la edad, que de nadie se compadece. Si no aspiran a ganar al menos ese 25% de votos que se declara a si mismo nacionalista se situará al borde de la consunción. (...)

Anxo Quintana pretendió un viraje fundado en una intuición de la partitura cabe que acertada, pero ejecutada con pésimos intérpretes. Sin embargo, después de la experiencia del bipartito, el BNG, por boca de Francisco Rodriguez, que es el gran augur y la batuta golpeando el atril, parece haberse convencido a sí mismo de que toca repliegue. Lo que el nacionalismo ofrece hoy es sólo la estrategia del caracol: confiar en que el sufrido y paciente electorado se vea obligado, por descarte, a retornar a porcentajes aceptables para el statu quo orgánico. (...)

De momento, todo se reduce a expectativas y miedo, mucho miedo. Una gran incapacidad para construir un nuevo lenguaje y otro estilo que pueda llegar a porcentajes más vastos de gente. (...)

Sobre el papel caben pocas dudas de que lo mejor para el nacionalismo sería que tuviese dos opciones diferenciadas, una de ellas buscando el centro izquierda, que es tal vez su lugar natural en Galicia. Si el nacionalismo ha de crecer, es obvio que ha de preguntarse por qué motivo resulta tan refractario para grandes segmentos de la clase media urbana. (...)

En realidad, da la impresión de que el nacionalismo se ha metido a sí mismo en un callejón sin salida. Como el Asno de Buridán no sabe cuál de los dos montones de heno comer y eso le puede llevar a la muerte por inanición. Su instinto le lleva al conservadurismo, a reafirmarse en las Verdades Reveladas, aun al precio de saber que llevan a la irrelevancia. Si, al contrario, intenta otro camino, no sólo arriesga una identidad, cuya confirmación siempre causa placer, sino que puede causar descontento entre los afectos acostumbrados a la vieja gestualidad. Para más inri, nadie puede estar seguro de que no haya pasado ya el tiempo de un cuarto partido.

Las cosas han transcurrido de un modo en que su situación, siendo dramática, corre el peligro de empeorar. Salvo que suceda un milagro, parece que su misión es resolver la cuadratura del círculo." (ANTÓN BAAMONDE: Máis BNG. El País, ed. Galicia, Galicia, 23/11/2009, p. 4)

"Con todo, la desafección más contante y sonante que es posible registrar hoy en Galicia es la del elector nacionalista, no con España sino con la organización que le representa. Hace ya mucho tiempo que el nacionalismo ha dejado de saber acompañar los cambios sociales y culturales del país, encerrado como un caracol en la complacencia con sus errores. Carece de un guión plausible que lo oriente y es muy comprensible la ansiedad de aquellos que temen que esté al borde del abismo, pues en efecto lo está. El problema es que el desfase y desconexión con un mundo que va más rápido que ellos no es sólo el de una organización ensimismada sino el de buena parte del mundo que representa. Esa es su auténtica dificultad." (ANTÓN BAAMONDE: Desafecciones. El País, ed. Galicia, Galicia, 21/11/2009, p. 6)

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