10/1/22

El típico fascista catalán: todos son fascistas menos nosotros, los buenos catalanes... Xavier Roig afirma afirma que "tenemos al enemigo en casa"... “Ni Ciudadanos ni el PP ni Vox son anticatalanistas. Son, simplemente, anti-catalanes”

 "El escritor e ingeniero Xavier Roig, publica un artículo que “había de publicarse el 23 de diciembre de 2021 en el diario Ara. Por motivos que se me escapan, pero que me imagino, lo censuraron”.

“Ese mismo día dejé de ser colaborador del diario por voluntad propia. Pero de este incidente, gravísimo en mi opinión, hablaremos la próxima semana. De momento lean el artículo censurado y juzguen ustedes mismos”, señala.

En dicho artículo Roig asegura que “el catalán tiene enemigos, no adversarios. Muchos catalanes, empezando por la clase política, pecan de la tradicional pusilanimidad que nos caracteriza. Esto debe acabar”.

“El individuo u organización que va contra mi cultura y que, no nos engañemos, quiere verla desaparecida, no es un oponente ni un adversario político. Es un enemigo. Y no valen tibiezas. Ni Ciudadanos ni el PP ni Vox son anticatalanistas. Son, simplemente, anti-catalanes”, asegura.

“Contemporizar no es una opción, y eso vale también para la prensa. ¿Qué la actitud puede comportar enfrentamientos y cierta división social? ¡Claro! No se gana ninguna guerra sin enfrentamientos. Tan pacífica y civilizadamente como quieran. Pero radicales y con vocación de confrontación. ¿O creen que a los quintacolumnistas se les combate con lirios?”, pregunta.

“Los partidos no catalanes (a saber: Vox, PP, PSOE en Catalunya) colocan en las listas a individuos leales al dueño. Y el dueño está en Madrid. Son lo que conocemos como botiflers. Por tanto, no hace falta sorprenderse cuando el señor Illa o Iceta actúan de forma vacilante. Defienden su salario”, apunta. "En conclusión, en Cataluña tenemos un problema muy grave y del que la lengua es el caso paradigmático: tenemos al enemigo en casa", sentencia.

“El volumen enorme de inmigración que ha recibido Cataluña en los últimos veinte años cuesta integrar. Y más sin herramientas (leyes). En cuanto a la lengua, convendría no engañarnos. La inmigración hispanoamericana elige a España por el idioma -de lo contrario irían a lugares más civilizados- y llega a Cataluña sin interés de aprender el catalán”, lamenta.

“Hay que empezar a ser claros y desagradables. Porque el tema se lo merece. Y no vamos a ganar nada con contemplaciones. Cuando alguien, en Estados Unidos, pide discriminación positiva para los blancos todo el mundo tiene claro que está delante de un fascista. En Cataluña, entre la clase política -no entre la población, mayoritariamente por suerte- hay demasiado vendidos, caragirados, renegados, dispuestos a practicar una suerte de fascismo lingüístico si el dueño se lo manda”, concluye."             (e-notícies, 07/01/22)

 

"Junts acusa al Ara de censura. El artículo del escritor e ingeniero Xavier Roig, donde acusaba a Ciutadans, PP, Vox de ser “anticatalanes” y a dirigentes socialistas como Miquel Iceta o Salvador Illa de “botiflers” ha gustado mucho en el entorno a Junts. 

"Tenemos al enemigo en casa", sentenciaba Roig.

 Desde el partido de Puigdemont se han volcado en las redes para elogiar el artículo y acusar de “censura” al diario Ara, que no quiso publicarlo al considerar que era insultante. “El artículo censurado por @diariARA a Xavier Roig es muy bueno. Para leer y compartir”, ha expresado el dirigente de Junts, Aleix Sarri.

 Por su parte, la directora de Ara, Esther Vera, ha asegurado que “el Ara ni censura ni nunca ha censurado. En un mundo de redes sociales no existe censura. Hay formas de entender el debate de ideas. Siempre hemos mantenido y mantendremos un debate libre, rico, constructivo, y por tanto respetuoso. Los insultos debilitan la argumentación en todos los temas”.

“Bienvenidos a los debates libres. Nuestro compromiso con la defensa de la lengua es incondicional y lo demostramos todos los días con argumentos y sin insultar a quien no piensa como nosotros”, sentencia."            (e-notícies, 07/01/22) 

 

"El bilingüismo es una trampa. Ya hablaba Josep Pla en un magistral artículo en Destino en 1957. 

“El bilingüismo es una tragedia indescriptible…”. La institucionalización del bilingüismo sólo ha servido para que quienes no quieran aprender el catalán no tengan que hacerlo. 

El bilingüismo lleva a que una lengua se coma la otra. Y si no, que alguien nos ponga un ejemplo donde esto no haya ocurrido. El catalán tiene enemigos, no adversarios. Muchos catalanes, empezando por la clase política, pecan de la tradicional pusilanimidad que nos caracteriza. Esto debe acabar. 

El individuo u organización que va contra mi cultura y que, no nos engañemos, quiere verla desaparecida, no es un oponente ni un adversario político. Es un enemigo. Y no valen tibiezas. Ni Ciudadanos ni el PP ni Vox son anticatalanistas. Son, simplemente, anti-catalanes. Si en Francia alguien actuara como ellos lo hacen, serían anti-franceses, no anti-francesistas. 

  ¿Qué la actitud puede comportar enfrentamientos y cierta división social? ¡Claro! No se gana ninguna guerra sin enfrentamientos. Tan pacífica y civilizadamente como quieran. Pero radicales y con vocación de confrontación. ¿O creen que a los quintacolumnistas se les combate con lirios? Una clase política vendida. 

La sociedad catalana no alberga un porcentaje elevado de anti-catalanes -no más que en otros países-. Pero la clase política sí los alberga porque no representan verdaderamente a la ciudadanía catalana, sino que están a salario del partido.

 Los diputados les nombra el partido y el electorado sólo les referenda votando la lista cerrada. Los partidos no catalanes (a saber: Vox, PP, PSOE en Catalunya) colocan en las listas a individuos leales al dueño. Y el dueño está en Madrid. Son lo que conocemos como botiflers. Por tanto, no hace falta sorprenderse cuando el señor Isla o Iceta actúan de forma vacilante. Defienden su salario.

  Nos encontramos con la paradoja de que los diputados de un país centralista, como puede ser Francia, defienden mucho mejor los intereses del territorio que aquí. Porque, en Francia, París no puede echar un esbirro de ninguna lista local -el partido se debe al diputado, no al revés-. En conclusión, en Cataluña tenemos un problema muy grave y del que la lengua es el caso paradigmático: tenemos al enemigo en casa.

 La inmigración. 

El enorme volumen de inmigración que ha recibido Cataluña en los últimos veinte años cuesta integrarla. Y más sin herramientas (leyes). En cuanto a la lengua, convendría no engañarnos. La inmigración hispanoamericana elige a España por el idioma -de lo contrario irían a lugares más civilizados- y llega a Cataluña sin interés de aprender el catalán. ¿Es esto criticable? No. Simplemente no hace falta. ¿Qué países eligió mayoritariamente el exilio catalán? Hispanoamérica, por no tener que aprender un idioma nuevo. ¿Acaso han aprendido flamenco los catalanes que trabajan en la región de Bruselas? Entonces, ¿por qué deben aprender catalán los hispanohablantes?

 Y todo ello sin leyes a favor. 

Es evidente que el español está presente en Cataluña como lengua. Pero no viene de lejos, no nos engañemos. Nunca ha sido lengua extendida de hace siglos, como los enemigos repiten ad nauseam. Mi abuelo, nacido en Sarrià, tenía serias dificultades para hablar español. Orwell necesitó un diccionario para moverse con comodidad por Barcelona. ¿El monolingüismo catalán oficial que propugno equivaldría a oprimir al español? No. Quisiera decir que la equiparación 50/50 habría terminado. Quisiera decir tener herramientas legales para poder hacer discriminación positiva sobre el catalán sin contemplaciones ni miedos. Porque el español no necesita protección.

 Conclusión. 

Todo esto que he enumerado no habla de soluciones. Habla de obstáculos que, en mi opinión, si no se tienen explicidades, harán que cualquier solución que se quiera implementar sea incompleta. Es necesario empezar a ser claros y desagradables. Porque el tema se lo merece. Y no vamos a ganar nada con contemplaciones. Cuando alguien, en Estados Unidos, pide discriminación positiva para los blancos todo el mundo tiene claro que está delante de un fascista. En Cataluña, entre la clase política -no entre la población, mayoritariamente por suerte- hay demasiado vendidos, revueltos, renegados, dispuestos a practicar una suerte de fascismo lingüístico si el dueño se lo manda."                  (Xavier Roig, blog, 03/01/22)

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