22/11/21

Albert Soler: Uno, en su inocencia, creía que si no eres impertinente, no eres periodista. El gobiernillo me ha hecho entender que si no eres lameculos no mereces ser periodista en Catalunya

 "Por fin vamos viendo lo que hubiera sido la republiqueta que nos quisieron endosar. Sería un lugar idílico en el que nadie se quejaría. Literalmente además porque estaría prohibido. Primero, a Xavier Rius le expulsan de las ruedas de prensa del gobiernillo por impertinente e incluso le acusan de machista, como si los machistas -que no lo es- no tuvieran derecho a preguntar, y no digamos ya los impertinentes. 

 Ahora, Gabriel Rufián se niega a responder a las preguntas de un periodista porque no le gusta la ideología de su medio, y se queda tan ancho (de nuevo, literalmente). A algunos les sorprenderán estas actitudes, no a mí, que ya en las últimas elecciones, JuntsxMordassa, o como se llamen hoy, me negó la entrevista a su candidata. De hecho, ni siquiera fue una negativa, sino que más en la línea de valentía de su líder fugado, en lugar de reconocer el veto, me fueron dando largas hasta que ya se habían celebrado las elecciones.

 La republiqueta que pretendían imponernos habría sido el primer país de Europa occidental en el que sólo tendrían derecho a hacer preguntas al gobernillo los partidos que lo forman, los periodistas pelotas y lameculos, que, eso sí, en Catalunya son legión.

 Nada de cuestionar acciones de gobierno en el improbable caso de que existieran, nada de indagar por qué el ahora conseller de Economia cuando era directivo de La Caixa quiso llevarla fuera de Catalunya, nada de preguntar por qué se siguen subiendo el sueldo, nada sobre los emails que acusan de corrupción a toda una presidenta del Parlament. Las ruedas de prensa se dedicarían exclusivamente a preguntar lo que de verdad interesa a los ciudadanos.

 - Señora Artadi, ¿le han dicho alguna vez que este modelito que luce hoy le queda divino? 

 - Muchas gracias, es que aproveché mi visita semanal a Waterloo para pasar por París. ¿Alguna otra pregunta? 

 Después de cada respuesta, los periodistas debidamente acreditados se pondrían de pie en aplaudir y en gritar «¡guapa!» o «guapo!», dependiendo del sexo del compareciente, «¡guape!» en los casos de duda.

 Basta de tanta crispación. La republiqueta, según dejan entrever a quienes soñaron con ella, sería un oasis de paz y tranquilidad. A expensas de la libertad de prensa, cierto, pero esa libertad ya la están decapitando ahora, así que no notaríamos diferencia. Incluso sin republiqueta, vamos por el camino de ser la primera autonomía donde a los periodistas impertinentes se les prohíba trabajar. Uno, en su inocencia, creía que si no eres impertinente, no eres periodista. El gobiernillo me ha hecho entender que si no eres lameculos no mereces ser periodista en Catalunya."            (Albert Soler, Diari de Girona, 19/11/21)

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