30/4/21

A los presos (en el programa «Presos catalanes por el mundo», que emite la televisión catalana), se les veía felices, entre rejas. Creo que el indulto sería contraproducente, no por los catalanes, que tanto nos da, sino por ellos mismos. En la cárcel son poca cosa, pero son alguien...

 "El programa «Presos catalanes por el mundo», que emite la televisión catalana, sirve sobre todo para hacernos memoria, que si no fuera porque TV3 nos los saca en pantalla, ya ni sabríamos quiénes son Junqueras, Romeva, los dos que se me confunden y llamo indistintamente Tururull y no recuerdo qué otros.

 El serial tiene un indudable valor didáctico, ya que recuerda a los ciudadanos que quien se salta la ley suele terminar en la cárcel. Puede parecer una obviedad, pero en Cataluña hay que recordar lo obvio, aquí la memoria es muy frágil y nuestros gobernantes, desde Pujol al Vivales, tienden a creerse por encima del bien y del mal. (...)

No es que las condiciones de nuestros presos televisivos se revelaran demasiado penosas, sería más efectivo verlos en un remake de El expreso de medianoche, pero algo es algo. (...)

Se les veía felices, entre rejas. Creo que el indulto sería contraproducente, no por los catalanes, que tanto se nos da, sino por ellos mismos. En la cárcel son poca cosa, pero son alguien, incluso encuentran editorial que los publica cualquier cosa que perpetran, por no mencionar los aplausos del público del plató cuando van al FAQS, eso gusta. 

Si salen -por indulto o por cumplimiento de pena- volverán a ser lo que eran antes de ser unos señores presos: nada. No les será fácil habituarse a su inanidad, que es el estatus que les corresponde atendiendo sus méritos. 

Hay muchos ejemplos de presos que no se adaptan a la libertad y vuelven a delinquir para reingresar en prisión, donde al menos son alguien. Todos conocemos el triste final del Vaquilla. No lo queramos para Junqueras."                      (Albert Soler, Diari de Girona, 26/04/21)

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