"Álex Ramos (Burgos, 1959), médico especialista en
medicina preventiva y director del Centro de Estudios del Colegio
Oficial de Médicos de Barcelona, es una de las voces que, desde el
sector sanitario, han protestado contra el documento interno de la
Consejería de Salud de la Generalitat que abre la puerta a “limitar el refuerzo terapéutico” a los pacientes mayores de 80 años enfermos de coronavirus. (...)
“Ahora nos damos cuenta de las graves repercusiones de los recortes de los últimos 10 años
de la Generalitat”, advierte este médico en un vídeo difundido en las
redes sociales, en el cual acusa además al Govern de “traspasar el
dilema ético y la responsabilidad” al personal sanitario.
Su mensaje a Vergés y Torra sobre esta cuestión es claro y
contundente: “Si la única medida que tienen ustedes para el Covid-19 con
los pacientes mayores de 80 años son los paliativos y la administración
de morfina para el final de sus días, piensen si eso es lo que les gustaría para sus padres. Si la respuesta es que no, no nos lo apliquen al resto de los catalanes”. (...)
Ramos, que a su vez es vicepresidente de Societat Civil Catalana y
miembro inscrito de Federalistes d’Esquerres, reconoce que, excepto en
casos aislados como el de Corea del Sur, “que tenía protocolos, materiales, sistemas de protección y experiencia previa”, ningún otro país “estaba preparado para este tipo de catástrofes ni sabía qué hacer”.
Instrumentalización política de la crisis
En Cataluña, además, se ha producido un problema añadido, y es el uso
y la instrumentalización política de la crisis del coronavirus que se
está haciendo, en su opinión, desde el Govern de la Generalitat.
“En este contexto mundial, en Cataluña se han empeñado desde el principio en mezclar la pandemia con el procés, como pasó con los atentados de Las Ramblas del 17A en 2017. Entonces tuvieron a Trapero [mayor de los Mossos d’Esquadra] como héroe, y ahora a Oriol Mitjà [epidemiólogo]”,
apunta, lamentando los continuos reproches del Ejecutivo catalán a la
gestión del Gobierno central y la falta de autocrítica.
"Si culpas a Madrid y no cumples, pierdes credibilidad"
“No es una culpa sólo de ellos, porque es un problema global, pero si
tú culpas a Madrid de todo y luego tú no cumples, pierdes toda la
credibilidad. Culpar a los demás es poco honesto y operativo,
y un poco indigno, es no asumir la propia responsabilidad”, apunta.
“Parece que tengan que seguir alimentando a su propia parroquia, y eso
resta eficacia a lo importante: luchar contra un virus que está en todo
el mundo”, añade.
Así, Ramos recuerda, por ejemplo, que “Cataluña es una de las comunidades autónomas con más profesionales infectados por falta de recursos y de Equipos de Protección Individual (EPI). No hay que olvidar que las competencias en sanidad están transferidas desde principios de los 80, y
que siguen ejerciéndolas ahora.
Ha habido una coordinación de la
pandemia, pero la asistencia sanitaria es de las comunidades autónomas y
hasta principios de marzo tenían todas las competencias, y no habían
hecho ningún acopio, ninguna planificación, ningún programa, todo eran
improvisaciones. La consejera Alba Vergés ha fallado
estrepitosamente”, valora. “Todo indica que lo están haciendo bastante
mal y no es razonable que se quejen de Madrid”.
La Generalitat, entre "los que más han recortado"
En este sentido, el médico recuerda la “desastrosa” situación en las residencias de ancianos, donde ya han muerto contagiados más de 1.600 personas. O también las reticencias del Govern a recibir la ayuda del Ejército y la Guardia Civil
en la construcción de algunos hospitales de campaña y en tareas de
limpieza y desinfección, o sus peticiones de “confinar Cataluña” cuando
toda España “estaba ya confinada” a raíz de la cuarentena decretada por
el estado de alarma desde mediados de marzo. “Intentaron hacerlo con el
brote de Igualada, y se han acabado echando atrás”, recuerda. Algo que
considera “una irresponsabilidad y una negligencia en toda regla".
Uno de los obstáculos que se están apreciando estos días son, a su
juicio, la falta de recursos y de medios sanitarios disponibles, una
“consecuencia” de los recortes de la última década, con los sucesivos gobiernos nacionalistas: “Desde 2010, el Govern de la Generalitat es de los que más han recortado en salud.
Si hemos perdido un presupuesto anual del 10%, ¿cómo se traduce eso en
recursos humanos y sanitarios? Pues en un porcentaje análogo: un 10% o un 15% de profesionales perdidos
en estos diez años, que ahora nos irían muy bien. Si encima lo sumas a
los profesionales que no has cubierto bien, y para cubrir ahora una
pandemia pierdes un 15% de profesionales infectados, nos encontramos con menos recursos humanos, camas, UCIs que antes”. (...)
17 sistemas sanitarios
Ramos, por otra parte, se muestra crítico con la organización territorial del sistema sanitario español ya que, en su opinión, “tenemos 17 sistemas de salud que no están bien coordinados ni cooperan de forma transversal”. ¿Cómo se puede afrontar ese problema? “No se trata de recentralizar, sino de cooperar, de colaborar,
de hacer grandes compras para que el material salga más barato, de
compartir las experiencias y beneficiarse todos. No es recentralizar,
sino optimizar recursos”, subraya.
¿Pasa eso factura a los pacientes? La respuesta es sí. “A veces hay
trabas administrativas, porque cada consejería tiene sus bases de datos y
no hay una única en todo el Estado. Incluso hace un tiempo ibas con la
tarjeta sanitaria europea y te atendían mejor que si vas con la de tu
comunidad, porque los sistemas informáticos no están bien conectados, no hay una historia clínica única. Y ahí se perdía eficiencia, tiempo, optimización…
No hay sentido común. Hoy en día, lo que le ocurre al paciente le
ocurre aquí y en las antípodas. Si somos un Estado con un Sistema
Nacional de Salud, los datos tienen que saberse si estás en Barcelona o
en Las Canarias: en todas partes. Falta esta integración, lealtad y logística operativa. Y esto lo ha de hacer el ministerio. Se ha visto que es necesario”, explica.
“Debería ser un funcionamiento más federalizado, que el Estado tenga
herramientas potentes para responder cuando hay una necesidad global. Y
no decir: yo confino, tú no, yo compro aquí, tú allá… Ahora, por
ejemplo, se estorban en las compras”, apunta. Y pone como ejemplo a
seguir el caso de Alemania, donde “también tienen 17 landers y han funcionado de otra manera", más coordinada. (...)" (Ricard López, Crónica Global, 12/04/20)
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