10/1/20

Xavier Rius: La política catalana se ha convertido en una colla de nens malcriats. Lo digo con tristeza, con pena, incluso con bochorno. No hay derecho a lo que han hecho. Sólo hay que ver las intervenciones en el Parlament... si España es una "república bananera", ¿Catalunya que seríamos?

"La política catalana se ha convertido en una colla de nens malcriats. Lo digo en catalán porque me sale del fondo del alma. Creo que no precisa traducción. Lo digo también  con tristeza, con pena, incluso con bochorno. No hay derecho de lo que han hecho. Como aquel niño que hace una travesura, le dan un cachete y todavía se pone a berrear en una esquina.

Sólo hay que ver las intervenciones de este sábado en el Parlament.

“Las sentencias europeas hay que cumpliras y respetarlas”, proclamó Torra. ¡Pero no dijo nada de las españolas! “La imagen de España está hoy por el suelo”, aseguró. ¿Y la de Catalunya? me pregunté para mis adentros.  “Toda Europa nos está mirando”. ¡Y se lo cree! Aparte de las expresiones habituales: España es una “dictadura”, la "represión", “golpe a la democracia”.

Los “maduros y cívicos” somos los catalanes. A veces pienso que este hombre no ha superado el complejo de superioridad que le llevó un día a escribir aquello de “bestias taradas”. Pero él que se hacía el valiente -“sí, vaig desobeir” dijo en el juicio- se defendía ayer como un gato panza arriba.
Es ya un cadáver político. El peor presidente desde Pau Claris. Pasará a la historia por la promoción de la ratafía y una pancarta. Passi-ho bé, president.

Hasta llegó a denunciar “la degradación política" del Parlament.

¡Él, precisamente él! Nadie ha contribuido tanto a la degradación de las instituciones catalanas como él. Un cantante, un exdiputado, una actriz y una maestra colgaron una pancarta en el balcón de Palau como Pedro por su casa. Unos desconocidos, en este caso de la ANC, se colaron en la sede del Govern y arriaron una bandera oficial. Y me da igual que sea la española. Como si fuera la de la Unión Soviética.

¿Qué hacían los Mossos? Tienen que ser identificados y procesados. Ni que sea por allanamiento de morada. Como en las películas americanas.

El palacio de la Generalitat se ha convertido en un queso gruyère. Entra cualquiera. Por no hablar del propio Parlament. El Govern de Quim Torra sólo ha sido capaz de aprobar una decena de leyes, la mayoría de retoque o a instancias de la oposicón.  

Se quejaban del 155 y cerraron la cámara catalana cuatro meses en verano porque no tenían mayoría.
Por no hablar de los gritos a favor de los CDR o el espectáculo el día de la decisión del TJUE sobre Junqueras. Alguno parecía un hooligan. Aquello se asemejaba a un campo de futbol de tercera regional. Sólo faltaba insultar al árbitro.

Albert Batet, por su parte, habló de “república bananera” aunque España es una monarquía. Un día ya pillé al dirigente de JxCat confundiendo al jefe del Estado con el presidente del Gobierno. Pero si España es una "república bananera", ¿Catalunya que seríamos? Cuando dijo que "el mejor gobierno que puede tener Catalunya es un gobierno en forma de república” fue como un latigazo, un daltabaix, una crisis de identidad.  

¡Con éstos no se puede ir ni a la esquina!

Batet avergüenza incluso a miembros de su propio grupo parlamentario. Sólo hay que ver algunas caras del hemiciclo cuando interviene. Aunque lo mejor fue lo que dijo en la rueda de prensa de la mañana. Proclamó solemnemente que se plantarían para, acto seguido, anunciar que presentarían “todos los recursos pertinentes.” Al final acabaron aprobando que el Parlament “rechaza” la resolución de la Junta Electoral Central y que “ratifica” a Torra como diputado.

¿Qué significa? ¡Nada! ¡Papel mojado!

También proclamaron una vez la República y luego hasta Forcadell dijo que era una "declaración política", que no tenía validez jurídica. Ya nadie se toma en serio el Parlament. Ni ellos. Que lejos quedan los tiempos del "president, posi les urnes", del "ni un pas enrere", del "estar a tocar". Que mal ha hecho a la política catalana el pit i collons y el twitter.

El Parlament, en efecto, se ha convertido definitivamente en un parlament de fireta. Hace años lo auguró el alcalde de Tarragona y diputado de CiU, Joan Miquel Nadal,  y todo el mundo pensó que era una boutade. Rigol, que era el presidente de la cámara -ayer estaba en la tribuna de invitados- tuvo un disgusto y hasta lo riñó en un pleno.

¡Pero la profecía se ha cumplido! La degradación de las instituciones catalanas -como la de la propia clase política- es un hecho. Ayer, en los pasillos no había épica ni dignidad ni siquiera historia. Apenas algunos alcaldes con las varas. Pasando el tiempo con el móvil en la tribuna.

 También pillé algún invitado haciéndose fotos para el recuerdo en la escalera de honor.

Eso sí: mucho lazo amarillo en sus diversas formas. Hay una verdadera competencia a ver quién lleva el más chic. Hasta detecté uno -creo que en la solapa de una consejera- en forma de mariposa. La revuelta de las clases oprimidas. Tambén estaban las viejas glorias: Mas, Benach, De Gispert, Rigau, el citado Rigol. Éstos en la tribuna de jubilados. Todos cadáveres políticos. Como Torra.

Aquello, en efecto, era un funeral.  

Más que una resolución a favor del todavía presidente tendrían que haber aprobado una dando una por finiquitado el proceso. Pero para ello deberían hacer una cosa que no harán nunca: decir la verdad y pedir perdón. No sólo a sus electores sino a todos los catalanes.

Marta Vilalta, la portavoz de Esquerra, llegó a confesarló. Pidió sin ruborizarse "el fin de la represión para poder construir una República Catalana". ¡Se creían que saldría gratis! ¡que sería un paseo! ¡flors i violes! ¡un camino de rosas!. Que el Estado no haría nada. Cuanta inconsciencia, cuanta irresponsabilidad, cuanto pardillismo.

Fueron cietamente unos inconscientes, unos irresponsables, unos pardillos o las tres cosas a la vez. No hay vuelta de hoja. Al menos nos ahorramos la intervención del presidente del grupo parlamentario de ERC, Sergi Sabrià, el que siempre vociferaba contra los socialistas. Debía estar escondido en su escaño. No lo vi ni en los pasillos.

Al salir -no esperé ni a la votación- quedaban cuatro gatos.

Eso sí, en cuanto llegué a casa, hice zapping y en el FAQS un tertuliano ilustre -de los que no ha parado de hacer la pelota durante todo el proceso- todavía hablaba de “victorias”. En TV3 están para eso, para darse ánimos. La moral del personal está por los suelos.

Y la imagen de los catalanes en general ni les cuento."                (Xavier Rius, director de e-notícies, 05/01/20)

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