15/5/19

Lola García, Subdirectora de La Vanguardia: un gobernante puede pedir consejo y asesoramiento a quienes considere oportuno, pero se produjo un proceso de usurpación de funciones, en el que fueron apartados de la toma de decisiones quienes tenían la responsabilidad oficial de gobernar para ser sustituidos por personas que estaban en la sombra y que, curiosamente, ni siquieran han pasado por el juicio que se está desarrollando en el Tribunal Supremo. Me parece que, además de ser una distorsión de los procedimientos democráticos, es una gran injusticia...

"Lola García (Badalona, 1967) es directora adjunta de La Vanguardia y una de las primeras que ha descrito los entresijos del proceso en un libro bautizado con el acertado nombre de “El naufragio”. (...)

- Voy a empezar por el final: ¿Por qué? ¿Por qué promovieron el proceso sabiendo que podía acabar en naufragio? Usted misma habla de “fracaso colectivo”.

Creo que el proceso surgió por la confluencia de muchos factores. Un Govern atrapado en la crisis, obligado a hacer recortes draconianos, una fractura institucional y de legitimidad democrática derivada de la sentencia del Estatut, o un contexto de malestar político y social en el que prenden con facilidad los mensajes que proponen soluciones pretendidamente rápidas, indoloras y fáciles. Por eso creo que es un fracaso colectivo, primero de las instancias políticas, pero también de la gente que apoya opciones maximalistas.

- Todo el mundo habla del “relato”, usted menciona el “relato político” sólo empezar, en la pàgina 33, ¿pero qué es el relato?

Es la creación de un imaginario colectivo, de un sentimiento de identificación con una determinada descripción de la realidad. La política es hoy construcción de un relato con el que busca que sus electores se identifiquen. 

El relato está cada vez más segmentado, más compartimentado, busca un nicho de gente que se siente muy adherida, lo que imposibilita llegar a grandes consensos. El independentismo ha logrado algo muy difícil hoy en día: construir un relato muy hegemónico en términos cualitativos, pero no tanto cuantitativamente, al menos de momento.

- Cuénteme el ascenso de Quico Homs. Usted lo define como “el principal estratega” del proceso en la misma página.

En un principio, cuando el president Artur Mas decide sumarse al discurso independentista, que ve como una ola imparable, lo hace como una estrategia para conseguir situarse en una posición de fuerza a la hora de negociar con el Gobierno central. 

Y esa estrategia la diseña en buena parte el entonces consejero de Presidencia. Homs ejercía una importante influencia en Mas ya desde la etapa en la oposición, cuando implantó la Casa Gran del catalanisme, un instrumento que Mas consideró importante para recuperar la Generalitat.

- TV3 ha jugado un papel fundamental. Usted describe que el entonces presidente de la CCMA, Brauli Duart, y el de la cadena, Eugeni Sallent, fueron convocados a Palau para “calentar” la Diada del 2012.

-Sí, porque en aquel momento se consideraba que la manifestación acabaría sirviendo para presionar en Madrid y que la Moncloa se abriera a negociar mejoras sustanciales en el autogobierno. Todos los medios tienen su papel, pero no estoy de acuerdo con quienes piensan que el independentismo existe por el papel de TV3 porque la gente hoy en día tiene capacidad para elegir multitud de medios de comunicación. La cuestión es que puede haber un 20% de televidentes siguiendo un 'Telenotícies' y quizá hay más que siguen informativos de otras televisiones.

 Lo que ocurre es que las otras se dedican a muchos temas, no destinan demasiado tiempo a la crisis catalana, salvo cuando ocurren cosas muy importantes. Y eso provoca que haya un sector muy informado sobre el procés, que sigue casi con devoción cada momento, mientras el otro sólo repara en el tema cuando se producen momentos culminantes.

- ¿Qué falló en Mas? Hasta a Rajoy le pareció al principio un “político sensato”.

A Mas le tocó gestionar un tiempo muy complicado. Recordemos las movilizaciones en la sanidad en sus primeros meses de gobierno… Le falló seguramente lo que le falla a la mayoría de políticos de nuestro tiempo, que es la dificultad para pensar a largo plazo, el exceso de táctica, también condicionado por lo rápido que va la política hoy en día, que engulle liderazgos y gobiernos con una velocidad increíble…

- ¿Por qué se hizo indepe?

- Creo que al principio no se hizo independentista. En los primeros años del procés ni siquiera pronunciaba esa palabra. Él lo considera consecuencia de un desengaño profundo respecto a los poderes del Estado, cree que los acuerdos a los que intentó llegar con los sucesivos gobiernos centrales no se ejecutaron. 

Después hay factores que influyen. Por ejemplo, la actuación de las cloacas del Estado en contra de Convergència probablemente le permitió autoconvencerse de su posición. Pero ya digo, creo que al principio no lo era, que ha sido progresivo. A medida que tomaba decisiones, se va autojustificando…

- Llega a decir tras la crisis de Baiget que “quien tenga dudas, que se vaya ahora porque vamos a ir hasta el final”.

Sí, es cierto. Creo que es porque en ese momento él cree que hay que llegar lo más lejos posible para intentar que haya un movimiento por parte del Gobierno central. Cuando Mas dice eso yo creo que piensa que Rajoy se moverá. No tenía en mente llegar a una declaración unilateral de independencia. (...)

- ¿Por qué no frenaron? Los atentados de las Ramblas y de Cambrills eran la excusa perfecta.
Para esas fechas (segunda mitad de agosto) ya estaba todo muy en marcha. Resultaba difícil frenar. Pero creo que el elemento determinante era la competencia entre el PDECat y ERC, que hacía imposible dar pasos atrás. Y también porque en ese momento no pensaban ni siquiera que fuera posible un referéndum tan masivo como el del 1-O.

- “Madí es un protagonista constante en el proceso, pero siempre en la sombra”. La frase es suya. Me cuesta de creer que una persona inteligente como él no vea el estropicio. Siempre acaba echando una mano a Artur Mas.

Efectivamente, Madí es una persona inteligente y que siempre ha apoyado a Mas. Durante el procés, fue partidario de tensar la cuerda con la vista puesta en que, en algún momento, el Gobierno español negociaría.

- ¿De todos los errores de Mas cuál es el peor? ¿Poner a Puigdemont? ¿Adelantar las elecciones del 2012? ¿Convocar las del 2015 con nueve meses de antelación?

Bueno, el expresident Mas no considera que hayan sido errores, o no del todo. Yo creo que es evidente que fue un error para él adelantar las elecciones del 2012 porque a la vista está el resultado, aunque entiendo que a toro pasado todo es más fácil. Creo también que ceder a la presión de la CUP para dejar la presidencia fue otro error.

 Porque la CUP tenía 10 diputados. Y 10 diputados pueden condicionar un gobierno, pero poner y quitar a un presidente que ha pasado por las urnas y ha sido elegido por una mayoría del Parlament me parece más grave y un mal precedente.  (...)

- Usted misma dice que cuando eligió a Puigdemont apenas “había mantenido en su vida alguna conversación informal”.

Sí, no se conocían mucho. Y no creo que incluso ahora tengan una relación muy profunda. Son políticos muy diferentes. Ese también fue un error. Si decides entregar el testigo de la presidencia de la Generalitat, lo normal es que confíes en alguien a quien conoces bien.  (...)

- ¿Le compraría un coche de segunda mano a Junqueras? En aquella famosa noche en Palau no evitó que Marta Rovira presionase a Puigdemont. Usted lo resume con esta frase: “en lo más íntimo de su ser, el líder de ERC desea elecciones, pero en ningún momento le pide a Puigdemont que las convoque”.

Yo no le compraría un coche a nadie conocido. Para no tener que reprocharle nada después... Es broma. Creo que Oriol Junqueras es uno de los políticos más desconocidos en Catalunya, y diría que en España. Es muy desconfiado, se coloca una máscara inescrutable, salvo con unos pocos colaboradores. Para mí es un enigma. Conoce bien a las bases de ERC y sabe que son exigentes en el tema de la independencia. 

Así que, aunque él considerase que lo mejor era convocar elecciones, que creo que es así, conoce también que apoyar esa salida le podría comportar una rebelión interna. ¿Cómo se lo explicas eso a las bases de un partido independentista hasta la médula como ERC después de haberle dicho a tu gente que la meta estaba muy cerca? No sé si habría durado mucho al frente de su partido…

- He empezado con una pregunta difícil, voy a acabar con otra: ¿Cómo acabará todo?

La pregunta del millón. No acabará. Creo que el “proceso” como tal, en sentido estricto, acabó a finales de octubre de 2017. Pero hay otro proceso de fondo sin resolver, el del encaje de Catalunya en el Estado español, que no acabará. O no sé si yo lo veré... (...)

-¿Usted se da cuenta del daño que ha hecho el Estado mayor del proceso?

Para mí, la importancia del llamado Estado mayor en las decisiones políticas que se adoptaron en los últimos seis meses antes de la declaración de independencia fallida es uno de los mayores errores cometidos por Puigdemont y Junqueras. 

Por supuesto, un gobernante puede pedir consejo y asesoramiento a quienes considere oportuno, pero se produjo un proceso de usurpación de funciones, en el que fueron apartados de la toma de decisiones quienes tenían la responsabilidad oficial de gobernar para ser sustituidos por personas que estaban en la sombra y que, curiosamente, ni siquieran han pasado por el juicio que se está desarrollando en el Tribunal Supremo. Me parece que, además de ser una distorsión de los procedimientos democráticos, es una gran injusticia.(...)"                

(Entrevista a Lala García, director adjunto de La Vanguardia, Xavier Rius, director de e-notícies, 09/05/19)

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