15/3/19

Es justo recordar que algunos de los politicos presos y el partido que continúa gobernando la Generalitat utilizaron para reprimir al 15M los mismos medios y el mismo magistrado (el juez Marchena) y el mismo tribunal (El Tribunal Supremo) que ahora los está juzgando a ellos

"(...) La indignación (justa y necesaria) contra el juicio no debería dar pie, sin embargo, a la “beatificación” de los presos, como está ocurriendo en amplios sectores democráticos de Catalunya. 

En realidad, algunos de tales presos (Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn) apoyaron políticas represivas llevadas a cabo por el gobierno de la Generalitat de Catalunya en contra del movimiento de los indignados – el 15-M-, cuando miembros de tal movimiento rodearon el Parlament de Catalunya en señal de protesta por los recortes de gasto público (los más acentuados en España) que dañaron enormemente a las clases populares catalanas. El Sr. Jordi Turull, como portavoz de la coalición gobernante, el Sr. Rull, como parlamentario de la mayoría gobernante, y Joquim Forn, como regidor de Convergència del Ayuntamiento de Barcelona, apoyaron la petición de encarcelamiento del gobierno catalán, que fue aceptada y aplicada en una sentencia del mismo juez del Tribunal Supremo, el juez Marchena, que ahora los está juzgando a ellos

Es justo recordar pues, que algunos de ellos y el partido que continúa gobernando la Generalitat de Catalunya utilizaron para reprimir al 15M los mismos medios y el mismo magistrado (el juez Marchena) y el mismo tribunal (El Tribunal Supremo) que ahora los está reprimiendo. (ver “Los presos políticos de los que no se habla”, Público, 12.02.19).

Las contradicciones en dirigentes independentistas

Otra contradicción se dio entre el intento del Sr. Oriol Junqueras de presentarse como defensor de la democracia (y de “la utilización de las urnas para expresar el deseo popular”) por un lado, y la declaración unilateral de independencia de Catalunya (un objetivo que la mayoría de los catalanes no compartía ni apoyaba, según mostraron repetidamente las encuestas más fiables en Catalunya) por el otro

 En todas las elecciones autonómicas, el número de votos de apoyo a los partidos independentistas no era mayor que el de apoyo a los partidos no independentistas. Por el contrario, fue menor.  Muestra cierta arrogancia o falta de sensibilidad democrática insistir en que representan a la mayoría del electorado o de la población catalana. 

El grito que tipificó el 15M “No nos representan” aplicaba también al gobierno de la Generalitat cuyas políticas de austeridad y apoyo a la reforma laboral no estaba en su programa electoral. (...)

La crítica de las izquierdas no independentistas al PDeCat y a ERC por su veto al presupuesto se centra en el enorme daño que ello ha causado en inversiones y gasto público en Catalunya. Aunque acertada, tal observación es insuficiente, pues el mayor daño (al vetar el presupuesto) se ha hecho a los derechos laborales y sociales de los sectores de la población catalana y española más necesitados, que son la clase trabajadora, los ancianos, los niños y niñas y las mujeres de las clases populares, el grupo de la población en Catalunya que es, precisamente, menos independentista.

 En Catalunya, la mayoría de los sectores de la población que viven en barrios con una renta por debajo de la media no votan primordialmente a partidos independentistas, mientras que los que están en zonas con una renta por encima de la media son los que sí lo hacen. (...)

Es más, no habrá cambio en Catalunya sin la colaboración de las fuerzas progresistas y de las izquierdas españolas, y su capacidad de movilización entre las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España. Su veto a un proyecto favorecido por la gran mayoría de las clases populares en España, incluyendo votantes de las derechas (el 55% de españoles apoyaron el presupuesto, incluyendo el 46% de votantes de Ciudadanos y un tercio del PP), ha dificultado que tales clases puedan ver a los independentistas como aliados en su lucha para cambiar el Estado español.

Hoy, el “procés” de las izquierdas independentistas ha hecho un enorme daño no solo a su propia causa, sino también al bienestar de las clases populares de Catalunya y del resto de España. Se mire como se mire, la calidad de vida y bienestar de la mayoría de tales clases están mucho peor ahora que hace diez años.  

Catalunya y España viven una enorme crisis social, consecuencia de la cual los jóvenes no vivirán mejor que sus padres. Y que ello sea así se debe al enorme poder de las fuerzas conservadoras sobre los aparatos del Estado, incluyendo la Generalitat de Catalunya y su alianza en la aplicación de las políticas neoliberales ocultado todo ello por el gran debate nacional. Así de claro."               (Vicenç Navarro, Público, 07/03/19)

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