"(...) el tópico de que los colonos fueron llevados a Cataluña en el franquismo con el objetivo premeditado de descatalanizarla.
Es conocida la respuesta de algunos de aquellos inmigrantes o de
ideólogos españolistas de que esa población llegada desde fuera lo que
hizo fue levantar Cataluña.
El intenso debate generado en las redes sobre el papel de los colonos demuestra la pobreza y el simplismo de los argumentos de unos y otros, nacionalistas
todos. A los que dicen que con su trabajo se levantó Cataluña les
responden otros que si vinieron era porque huían de la miseria en su
tierra origen y agradecidos deberían estar porque fueron acogidos.
Los
aplausos independentistas se multiplican exponencialmente cuando un
descendiente de uno de aquellos inmigrantes
confirma que sus abuelos o sus padres vinieron, sobre todo del sur, con
una mano detrás y otra delante y que están muy agradecidos a lo que
Cataluña les ha dado o permitido: progreso y futuro para sus hijos y
nietos.
"Tú sí que vales" (sic), "ets de la nostra nació", etc. son algunos de los comentarios de los que firman con dos apellidos catalanes.
(...) la pretendida política descatalanizadora del franquismo. De haber
existido fue la contraprestación que interesadamente promovió la burguesía catalana. Es innegable que, como plantea Carlos Arenas,
las economías del cuadrante nororiental de España fueron más inclusivas
que las economías del sur, localistas y extractivas.
Las empresas del
norte supieron captar las iniciativas estatales gracias a un proceso de inmersión política.
Dicho de otro modo, la política económica del franquismo tuvo como
objetivo prioritario una rápida recuperación de Cataluña desde el final
de la guerra civil.
Por ejemplo, Demetrio Carceller,
ministro de Industria y Comercio entre 1940 y 1945, estuvo especialmente
implicado en la importación de algodón para favorecer a la industria
textil catalana. Otro dato: entre 1940 y 1973 la participación de
Madrid, el País Vasco y Cataluña en el PIB nacional pasó del 33,2 al
42,3% del total.
Además, las estrategias de las empresas del norte se
convirtieron también en estrategias del Gobierno cuando se impulsó una
salida masiva desde el sur de mano de obra barata, muy barata. De ese modo, recuerda Arenas, las élites andaluzas pudieron organizar a su gusto el capitalismo autóctono, con más tranquilidad sin la peligrosa y enorme presión social de miles y miles de jornaleros mal pagados." (Manuel Peña Díaz, Crónica Global, 15/06/18)
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