"(...) Los instrumentos políticos de este nacionalismo catalanista de derechas
Sus instrumentos políticos eran CDC (de tendencia liberal) y
UDC (la democracia cristiana próxima a la Iglesia catalana centrada en
Montserrat, el monasterio benedictino que ofreció el aval religioso a
este nacionalismo étnico).
Ni que decir tiene que hay otras versiones
nacionalistas distintas a la pujolista, pero esta última ha
tenido una influencia mayor en la vida política, cultural e intelectual
de Catalunya, y muy en particular en el movimiento secesionista, el
cual, aun cuando no fue creado por el pujolismo, sí que este se adaptó
rápidamente a su expansión. (...)
Su control del aparato de la Generalitat y de los medios de
comunicación públicos de esta permitieron a este nacionalismo
conservador convertirse en la fuerza hegemónica y dominante del bloque
secesionista, que adoptó elementos característicos del pujolismo, como
su actitud profundamente antiespañola basada en creencias un
tanto chovinistas, tales como su percepción, ampliamente promovida para
defender su secesionismo, de que España es incambiable, confundiendo
Estado con población, y atribuyendo a la población española una
incapacidad de cambio.
Esta percepción es el obstáculo mayor
hacia el necesario transversalismo que debería existir en Catalunya
entre las fuerzas progresistas para sacar del gobierno a los partidos
gobernantes (PP con ayuda de Ciudadanos en España, y PDeCAT en
Catalunya).
El único polo opuesto al pujolismo y a sus aliados fueron,
durante el periodo democrático, el socialismo y, en su día, el comunismo
catalanes, que gobernaban en la mayoría de las grandes ciudades de
Catalunya, siendo el ayuntamiento de Barcelona el centro de la oposición
a tal nacionalismo durante la mayor parte de ese período. Hoy
el sueño del nacionalismo conservador y sus aliados es llegar a gobernar
Barcelona, convirtiéndola en la capital de la inexistente República
Catalana. (...)"
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