"Son "bestias en forma humana", "carroñeros, víboras, hienas", excitaron "odio y disgusto". Son demasiados y siguen multiplicándose.
Hace diez años, escribió Quim Torra, el nuevo jefe de gobierno de Cataluña. Llama bestias a los españoles que viven en Cataluña. Afirma que solo tienen desprecio por el catalán, el idioma, la historia y la cultura de los catalanes. (...)
Torra luchó desde su blog contra la alienación (sin, por supuesto, usar este término). Se enojó incluso con los escolares que hablaban español en lugar de catalán en el camino a la escuela, se enojó.Torra se ha disculpado por sus descarrilamientos verbales, y posiblemente ha revisado su actitud. Pero
en la prensa madrileña, sus omisiones ahora se citan como evidencia de
que el nacionalismo catalán no es de ninguna manera tan tolerante como
le gusta darse a sí mismo; este movimiento político es exclusivo, no inclusivo.
Torra se presenta como xenófobo, como racista y fascista, casi como un loco. Y
este hombre ahora tendrá una fuerza policial con 17,000 hombres y la
televisión pública catalana, señala otro polemista en El País. Uno ya debe tener miedo.También
en Cataluña, uno se pregunta si Torra es el hombre correcto en la
oficina correcta durante un tiempo en el que la mayoría quiere
relajación, no una polarización agudizada.
"La
Vanguardia" en Barcelona describe la elección de Torras como un error
monumental, como un disparo en su propia pierna, como un regalo para el
gobierno en Madrid. Torra confirmó, por escrito, todos los prejuicios que el nacionalismo español tenía contra el catalán.
La percepción internacional del conflicto de Cataluña ahora probablemente se moverá. Uno diría: "detrás de la revolución de la sonrisa, se escondía un huevo de serpiente". (Neue Zürcher Zeitung, 19/05/18 , trad. google)
No hay comentarios:
Publicar un comentario