5/12/17

Pero ¿qué es esto de traicionar los propios principios para librarse de la cárcel? O se tienen principios o no se tienen. No imagino a los sudafricanos enviando mensajes a Mandela: «Nelson, te queremos en casa, si es necesario di que los negritos somos inferiores y que ya nos va bien la segregación, pero tú, vuelve»

"Que los ex consejeros y los dirigentes de exlobbies independentistas quieran salir a toda costa de la cárcel aunque sea bajo la ignominia de dar marcha atrás, mira, es comprensivo, ya escribí hace días que en vísperas de fechas navideñas veríamos de qué pasta están hechos, y, al parecer, es plastilina.

 Lo que me sorprende es la gente floja que los anima a acatar todo y a renunciar a lo que sea necesario a cambio de salir, y por si esto no fuera suficiente, lo hace con con un infantil «os queremos en casa» -quiero suponer que cada uno a la suya, no quiero creer que algunos hayan pasado de sentar un pobre en la mesa en Navidad, a sentar en ella un consejero- como si estuviéramos hablando de niños que vuelven de colonias y no de líderes de una supuesta, y ya sé que es mucho suponer, revolución.Instar a los líderes a traicionar la causa a cambio de librarse de la prisión preventiva demuestra cómo de lejos estaba Cataluña de alcanzar no ya la independencia, sino cualquier insignificancia que requiere un poco de coraje, no sé, un simple partido de fútbol navideño .  

Si en la que cierran unos días en la cárcel los fines de una revolución, la gente ya les pide que renieguen de todo y que salgan en libertad, mejor quedémonos en casa jugando al Pictionary y dejamos las revoluciones para los que se las merecen. 

 No imagino los sudafricanos enviando mensajes a Mandela: «Nelson, te queremos en casa, si es necesario di que los negritos somos inferiores y que ya nos va bien la segregación, pero tú, vuelve».  

Ni los comunistas italianos suplicando a Gramsci que abrazara el fascismo pero que, por favor, dejara la prisión. No, y si se lo hubieran pedido, los habrían puesto en marcha.  

O se tienen principios o no se tienen -bien, también se pueden dejar aparcados unos meses, como Lluís Llach, pero no es habitual- y esto va tanto para los que están en la cárcel como para los que los reclaman que se 'bajen los pantalones'.Qué tiempos aquellos en los que los ejem, revolucionarios, sólo se les pedía que aguantaran, que se mostraran firmes."                  (Alberto Soler, Diari di Girona, 02/12/17)

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