"(...) La izquierda parece ignorar que el señor Puigdemont es
de derechas, porque el nacionalismo es una ideología de derechas, como
ha quedado suficientemente demostrado a través de la Historia. Y que el
austericidio y los recortes en todos los servicios sociales comenzaron
con la mayor crueldad en Cataluña en cuanto Artur Mas llegó al gobierno
de la Generalitat.
Que esos mismos dirigentes nacionalistas que tanto
reniegan de España y de su gobierno han votado en multitud de ocasiones a
favor de las propuestas del PP, inclusive en asuntos tan tristes como
oponerse al referéndum del Sáhara.
Esta izquierda tan desorientada está dispuesta a
abandonar a cuatro millones de trabajadores que viven en Cataluña, de
todas las regiones de España, que han levantado la industria, la
agricultura, la construcción en Cataluña, explotados por una burguesía
avariciosa, para adular y contentar a otros dos que quieren más
ventajas, más beneficios, más subvenciones.
Para ello no dudan en apoyar
una ideología supremacista, que divide a los españoles según su lugar
de origen, que muestra su desprecio para los que no proceden de un
pedigree puro catalán, que se permiten insultar a los andaluces y
denostar a quienes no hablen catalán.
Y todo ello porque en sus cálculos entra que no conseguirán votos en Cataluña más que adhiriéndose a las tesis de los nacionalistas.
Pues yo le digo, señores de izquierda, que se
equivocan. Que quienes se sientan tan superiores que no quieren que se
les trate igual que a los demás españoles, ya tienen quien les defienda
entre la pléyade de organizaciones políticas nacionalistas, catalanistas
e independentistas, y no necesitan una copia de aquellas, tan
dubitativa y confusa como los Comunes o Podem o cualquiera de esos
insulsos nombres que se han puesto.
Que ustedes, en su afán de pescar votos de todos los sectores e ideologías, quitándonos la razón a quienes apostamos por la unidad, la igualdad y la solidaridad, nos perderán pero tampoco ganarán a los otros.
Y no se escandalicen tanto porque el gobierno de
España implante el artículo 155 de la Constitución, porque eso ya lo
habría hecho Francia hace siete años cuando el gobierno de la
Generalitat comenzó su campaña contra España y su Constitución.
Restablecer la posibilidad de que en Cataluña se vote otro Parlamento,
se abandonen las campañas de adoctrinamiento a través de todos los
medios de que dispone la Generalitat y se
restablezca la pluralidad ideológica y política que nos permita
organizar la lucha contra el capital que domina tanto el gobierno como
los centros de poder, es buena cosa, señor Iglesias. (...)" (Lidia Falcón O´Neill , Presidenta del Partido Feminista, Crónica Popular, 28/10/17)
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