25/3/22

¿Izquierda y autodeterminación? ¿Centralismo? ¡¡¡ Federalismo !!!

 "En una izquierda huérfana de intelectuales como la española y la catalana, destacan las excepciones de Jordi Solé Tura y Manuel Sacristán. Ambos introdujeron Gramsci en nuestro país. 

Dicen las malas lenguas que Solé Tura tradujo el Gramsci más eurocomunista y Sacristán el más leninista. Solé Tura sufrió dos de los principales problemas políticos de nuestro país: el primero, que el nacionalismo conservador acuse de anticatalán cualquier proyecto alternativo al de la derecha catalana y el segundo, el de la izquierda que le compra este marco. Desde la Lliga hasta el Procés, pasando por el pujolismo, cualquier proyecto alternativo de Cataluña ha sido tachado de anticatalán por la derecha y una parte de la izquierda.

 Soleturisme es el ismo inventado por la derecha nacionalista y parte de la izquierda para hacer una lectura falaz de la obra de Solé Tura. Solé Tura nunca dijo que el catalanismo fuera propio de burgueses, sino todo lo contrario, como se puede comprobar leyendo su obra Catalanismo y revolución burguesa o Autonomías, federalismo y autodeterminación. Solé Tura sí argumentó su posición contraria a la autodeterminación.

 Los argumentos se pueden encontrar en su obra reeditada por El Viejo Topo. Si Solé Tura hubiera vivido la última década hay podría añadir nuevos. El consenso catalanista a favor de la autodeterminación es un falso consenso, dado que se desvanece cuando se acerca la realización de este supuesto derecho.

 Lo hemos vivido en Cataluña, cuando aquel Som el 80% basado en algunas encuestas de opiniones de 2012 desapareció en octubre del 17. Además, la experiencia escocesa también da nuevos argumentos contrarios. 

La repetición de los referendos de autodeterminación hasta conseguir un resultado favorable a la separación, tal como hoy proponen los nacionalistas escoceses nos lleva a la siguiente pregunta: ¿cada cuánto votamos? ¿Votamos hasta la separación, o también continuaremos votante después sobre la reincorporación? Independientemente de las respuestas, parece claro que no es nada serio un territorio que se constituye en un estado propio y se reincorpora en otro cada 4 años según escasas mayorías cambiantes.

 Solé Tura contraponía la descentralización -autonomía y federalismo- a la autodeterminación, pero también al centralismo. Hoy hay voces, aunque minoritarias, que defienden un jacobinismo español. Es, sin embargo, este proyecto jacobino completamente ajeno al proyecto democrático español. Atención, que no digo que no sea democrático, y tanto que lo es en otros estados con una historia diferente a la nuestra. Tampoco digo que no tenga raíces históricas en España, y tanto que tiene, pero no de democráticas.

 Lo que nunca ha habido en España es una izquierda jacobina, y no es por casualidad. También lo explica Solé Tura. El estado español moderno se ha construido más en períodos autoritarios que no de democráticos. Con las excepciones del sexenio revolucionario, de la II República y de la Constitución de 1978 nuestro estado ha sido diseñado de manera autoritaria por élites centralistas ligadas al BOE. Todas las experiencias democráticas españolas han descentralizado el poder, es decir, han intentado debilitar estas élites antidemocráticas. 

Desde el fallido federalismo de la I República, los estatutos de la II República y el estado autonómico actual, democracia y descentralización son un binomio no por casualidad, sino por la historia de nuestro país, que es la que es, recordemos cuando el liberal Argüelles proclamó aquel «Españoles ya Tenes patria» en constituyente de 1812, que aquella patria duró sólo 2 años, porque uno de los Borbones se la volvió a apropiar.

 El federalismo es la oportunidad de desarrollar las características propias de la diversidad de los pueblos de España, a la vez que se construye un proyecto nacional común. El estado de las autonomías ha funcionado razonablemente bien muchos años. Sin embargo, muestra ciertas limitaciones: Cataluña y el modelo de financiación son las principales. Por señalar algunos puntos fuertes podríamos observar la Generalitat Valenciana con un proyecto valencianista y federalista para España del gobierno del PSPV y Compromís -incomprensiblemente Podemos se apartó con la purga de su portavoz parlamentaria- para desarrollar la identidad propia valenciana con una vocación de construcción de una España plural. 

También cabe destacar la situación del País Vasco 10 años después de la disolución del terrorismo de ETA. Hoy el País Vasco tiene una economía dinámica con vocación global y un autogobierno para preservar su identidad local. Alguien podría decir que es gracias a un injusto sistema de financiación y no seré yo quien lo niegue. Hoy, los enemigos de la solución federal serían seguramente, y en este orden, la inercia centralista de los elementos neofranquistas del estado y el poder económico ligado en el BOE, la deslealtad del nacionalismo catalán hacia la federación y la defensa de la foralidad premoderna del País Vasco y Navarra. 

A pesar de la dificultad de implementar un estado federal, el trabajo que tiene que hacer la izquierda es defender la cultura federalista, ganar hegemonía que diría Gramsci, para continuar construyendo en democracia un estado que reconozca la diversidad, pero también la vocación común de ser España."                   (Óscar Guardingo, Sensecarnet, 12/07/21)

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