"(...) Y cuando haya un referéndum amparado por la Constitución, reformada o
no, que tantos jirones de piel costó conseguirla, iré la primera a
votar. Contenta de hacerlo, deseosa, y votaré orgullosa NO.
Porque
quiero para mi país un federación en la que todos convivamos respetando
nuestras diferencias y nuestros deseos. Que los hay.
En todo caso, pase lo que pase en los próximos días, meses o años,
para alguien de fuera, pero que ama y vive en Cataluña, la sensación es
que las fronteras, no las físicas de momento, pero sí las del
pensamiento, los sentimientos, las afinidades y complicidades se han
instalado ya irremediablemente.
Y esas consecuencias, para los que
vivimos aquí, son las peores. Porque las otras, las económicas,
políticas, geográficas... no nos las podemos ni imaginar.
Y si lo
hacemos, fijo que nos equivocamos.
Y
causa extrañeza y pena que Barcelona, ciudad que siempre hemos
admiramos todos los de mi generación como ciudad abierta y de cultura,
vea ya en sus calles, sus casas, sus círculos, las discusiones y
enfrentamientos que nunca tuvo. (...)" (
No hay comentarios:
Publicar un comentario