"Cuando se habla del independentismo suele recordarse que Cataluña es un lugar rico. Lo hizo, por ejemplo, The Economist esta semana.
Pero es menos frecuente señalar una división que se reproduce
internamente: el independentismo es más popular entre los catalanes con
rentas más altas.
Según datos del CEO
—el centro de estudios de opinión de la Generalitat— solo un 32% de los
catalanes con ingresos familiares inferiores a 900€ quieren la
independencia. Son las rentas más altas quienes la apoyan. Los
separatistas son mayoría a partir de 1.800€ de renta mensual. Entre
quienes ganan más de 4.000€, el 54% quiere la independencia de Cataluña.
La brecha se hace evidente cuando preguntamos a los catalanes por su
situación económica. La independencia solo es mayoritaria entre quienes
responden «vivimos cómodamente». Entre las personas con «muchas
dificultades» para llegar a fin de mes, solo un tercio son
independentistas.
No se trata de datos aislados. Los catalanes que no quieren la
independencia viven peor en términos económicos. Hay más partidarios del
«no» entre los parados, los jubilados y las personas que se declaran de
renta «baja» o «media-baja». El independentismo gana, en cambio, entre
los trabajadores del sector público. También tiene más éxito entre las
personas con estudios universitarios o posgrado, que es un indicador de
clase y predice rentas altas.
Es evidente que existe un vínculo entre renta e independencia. ¿Pero
cuáles son las causas de esa relación? Es posible, por ejemplo, que las
personas en peor situación económica tengan otras prioridades o que
prefieran evitar los riesgos de un proceso incierto. Pero hay un factor
que con seguridad aparta a los pobres del independentismo: su propio
origen y el de su familia.
Independencia y origen
Los catalanes nacidos fuera de Cataluña tienen rentas más bajas y son
menos independentistas. Y lo mismo puede decirse de sus hijos. Para
empezar veamos la relación entre origen y renta.
Los catalanes nacidos
en otra Comunidad Autónoma tienen las rentas más bajas: el 37% ingresa
menos de 1.200€ y solo un 10% llega a los 2.400€ de ingresos familiares.
Para los catalanes hijos de catalanes esas cifras son mejores: solo un
20% ingresa menos de 1.200€ y hasta un 25% supera los 2.400€.
Aún más evidente es la relación entre origen e independencia. Entre los
catalanes de tercera generación —con dos padres y cuatro abuelos nacidos
en Cataluña—, el apoyo a la independencia alcanza el 75%.
Pero esa
cifra cae en las familias con orígenes más heterogéneos. El apoyo a la
independencia baja al 49% entre los hijos con un padre o una madre de
fuera de Cataluña, y hasta el 29% para los hijos de dos inmigrantes. En
esta línea, hay que tener en cuenta que, de los 12 apellidos más
frecuentes, ninguno es autóctono.
Los datos dibujan dos brechas conectadas: la independencia es menos
popular entre las familias pobres y entre las que llevan menos tiempo en
Cataluña, que a menudo son las mismas. La sociedad catalana está divida
por la independencia, pero esa fractura es también de origen y renta. (...)" (Kiko Llaneras , El País, 28/09/17)
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