28/9/17

La vieja izquierda sale del armario contra el 1-O: "Unidad con los trabajadores de España"

"Después de mucho tiempo dispersos, callados, arrollados por la izquierda independentista, han vuelto a juntarse. Quizá solo por unas horas, pero el jueves por la noche en Barcelona, un millar de históricos sindicalistas, antiguos miembros del PSUC, socialistas —había mucho cargo del PSC— y otras razas de la izquierda se unieron para oponerse al referéndum de independencia. 

Lo hicieron en la presentación de un manifiesto contra el soberanismo y con la escenografía de la izquierda más clásica: canciones de Paco Ibáñez, menciones a Machado y alguna bandera republicana. 

"Decimos claramente y con fuerza no a la independencia de Cataluña y al 1-O. Decir no es decir sí a la unidad de los trabajadores con los del resto de España", clamó Josep Maria Rañé, histórico de UGT y consejero de Trabajo con Maragall.

Rañé es uno de los impulsores del manifiesto 21-S, en el que figuras reconocidas de la izquierda se oponen al referéndum. Su lugar ahora en la izquierda catalana es minoritario. ERC es el líder en las encuestas y los sindicatos han abrazado el independentismo. El pasado miércoles, cuando comenzaron las protestas en Barcelona, hubo una imagen significativa. En la plaza Sant Jaume estaba reunido el Govern, y unos cuantos independentistas les mostraban su apoyo.

 Hasta que una columna organizada de sindicalistas de Comisiones Obreras irrumpió con banderas catalanas con el logotipo del sindicato. Su sede está muy cerca y protestaban sobre todo contra las detenciones, pero su sintonía con el procés es innegable. UGT es más independentista. Su secretario general en Cataluña, Camil Ros, fue antes líder de las juventudes de ERC. El sindicato no ha retirado a Jordi Pujol la insignia de oro que le concedió.

Otros sindicalistas contrarios a la independencia han sido apartados poco a poco. Muchos de ellos estaban en el acto del manifiesto, como José Luis López Bulla, que ayer lo presentó: "Venimos a alzar la voz contra la independencia y el 1-O". López Bulla leyó un mensaje de apoyo de Antonio Gutiérrez y Nicolás Sartorius, entre otros: "Nos oponemos a que nos separen. Nos unen demasiadas luchas".

Entonces comenzó la emoción. Distintos oradores fueron defendiendo la lucha obrera sin distinción de fronteras. Era un discurso quizá de otra época, pero efectivo en ese público, gente que en su mayoría ha vivido —y sufrido— el franquismo.

 "Tenemos una historia común que nos une y nos hermana, desde la República hasta la lucha contra el franquismo". "Necesitamos unidad para que se derogue la reforma laboral". "Los problemas de un trabajador en Vic son los mismos que los de uno de Soria, nada le une a un rentista del paseo de Gracia".

 "Estamos orgullosos de ser la generación del régimen del 78, el que ha construido el Estado del bienestar y que dio salida a los problemas territoriales durante 40 años. Estos 40 años han sido los mejores para Cataluña en los últimos 300". "Se cambia un convenio colectivo por otro, no se rompe unilateralmente. Un pacto se cambia por otro pacto".

La sala aplaudía constantemente. El expresidente de la Generalitat José Montilla estaba en primera fila junto a Miquel Iceta. No eran los únicos socialistas. También acudieron el diputado Manuel Cruz, el exsecretario del PSC Pere Navarro y la exdiputada Anna Balletbò.

El PSC se encuentra en una encrucijada diabólica, oponiéndose al 'procés', pero desligándose de Rajoy y con sus alcaldes sufriendo la presión de algunos vecinos por no colaborar en el referéndum. Ayer estaban en territorio amigo. Al final del acto, cuando se entonó 'La Internacional', Iceta lo hizo con el puño en alto y Montilla con las manos en el regazo.

Los autores del manifiesto criticaron duramente los recortes del Gobierno del PP, pero nunca llegaron a las descalificaciones de los independentistas y defendieron la Constitución. "El no al 1-O es un sí a la democracia. España es una democracia aunque le pese a más de uno", dijo Rañé, que añadió: "En 1978, Cataluña ya se autodeterminó, decidió cuál era su relación con España".

Los mensajes contra el independentismo -e cun discurso que tan pronto era en catalán como en castellano- fueron subiendo la temperatura. José Luis Atienza resumió la situación del colectivo: "Somos muchos y estamos todos solos". Citó a Gabriel Celaya y luego cargó contra el independentismo dominante.

 "Basta de ser patriotas en el minuto 17:14 en el campo de fútbol y olvidarnos de la derrota en el minuto 19:39, cuando compartimos la patria y la derrota". Parecía como si, de golpe, esta izquierda quisiese decir en alto cosas que llevaba tiempo musitando y que ahora ya apenas suenan propias de progresisas (al menos en Cataluña): "TV3 ha creado la fissión de que Cataluña es monolingüe".

"El futuro lo construimos con los trabajadores de Andalucía y Extremadura. La huelga del 14-D la hicimos con ellos", proclamó la ex secretaria del textil de la UGT de Cataluña y exdiputada socialista Isabel López, que acusó a los sindicatos de pelear por el independentismo en vez de luchar por un salario mínimo europeo.

 Esta pidió parar la situación de división en Cataluña entre nacionalistas y no nacionalistas antes de que llegue a los niveles que vivió el País Vasco. Esta insistió en que si el partido de Pugidemont pedía respeto al Constitucional cuando avaló la reforma laboral, ahora ellos tenían que respetarlo y suspender el referéndum.

Los asistentes salían encantados de volverse a ver. "Lo único bueno del procés es que retomamos el contacto". Si acaso alguien lamentaba no haber hecho esto antes. Luis Romero Huertes, nacido en Alcalá la Real (Jaén), paseaba sus 87 años de historia de lucha antifranquista por la sala apoyado en un bastón. Militante del PCE en Córdoba, cuenta que fue arrestado en 1960 por exigir mejoras para los jornaleros y que unos años después llegó a Barcelona, donde ingresó en el PSUC.

 Explica que no quiere hablar mal de ERC ni de la CUP, pero cuenta lo que les dice a los "compañeros" que tiene allí: "Esto no es la lucha obrera. Estáis dejando gobernar a la derecha catalana. Como el PNV es la derecha vasca. La derecha catalana no es mejor que la española".

 En la calle, a solo unos metros de allá, jóvenes con sus niños y aspecto progresista protagonizaban una de las caceroladas que se repiten estos días por Barcelona a favor del referéndum. Parecían muy lejos de este discurso. El 1-O ha terminado por dinamitar la izquierda en Cataluña en mil pedazos."                          (El Confidencial. 22/09/17)

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