28/9/17

La ocupación de las direcciones y aparatos de los partidos de izquierdas (PSOE/PSC y PSUC) por las élites políticas catalanistas es la clave del 'procés'... cousas veredes (en Italia la izquierda siempre le ha llamado (logicamente) fascista al nacionalismo)

"(...) Evidentemente, hay un problema político, no solo jurídico y judicial. Y ese problema político, que ha llevado a la ausencia del Estado constitucional en Cataluña y al golpe contra la democracia en el que nos hallamos instalados, es el del enquistamiento político del nacionalismo ene el sistema democrático español, por su ocupación de las instituciones, por la construcción de una administración y sociedad civil paralelas (redes clientelares), por su “hegemonía” que le ha permitido llevar a cabo la “construcción nacional” durante las décadas pujolistas con absoluta impunidad, etc. 

La “absolución” de J. Pujol y de su camarilla tras el saqueo de banca Catalana, el archivo de las denuncias de la Fiscalía y la reacción de arrebato para defender el país y la bandera frente a la agresión centralista -posición compartida de forma mayoritaria incluso en la izquierda: el artículo de afirmación de fe catalanista y antiespañolista de M. Vázquez Montalbán debe quedar para los Anales de Cataluña- … marcaron el camino.

Lo de ahora no es un brote provocado por la rectificación del TC del Estatut de 2006 (que, por cierto, no votó ni la mitad del censo, cosechó más de un 5 % de votos en blanco y tuvo escasa repercusión en término de movilizaciones sociales), ni un salto al vacío de los soberanistas empujados por los efectos de la crisis y el tancredismo del gobierno de Rajoy, ni siquiera una “desafección” a España por la corrupción (siempre olvidando que CiU era el partido más corrupto de España): cuando surgió el Foro Babel, hace casi veinte años, ¡20 años!, ya estaban en la mesa, en ciernes, todas las cartas que ahora están jugando a fondo, con manos de trileros, los conductores y feligreses del procés.  

Ese fue el motivo de la constitución de  aquel Foro, que entre la presión nacionalista, la deserción de los maragallianos, las urgencias de algunos (Arcadi Espada y cia.)  y la labor de zapa del aparato socialista y de la inteligencia del antiguo PSUC, fue bastante efímero.

En realidad, las huellas dejadas por el “procés de construcció nacional” (actual procés soberanista) se ven claramente marcadas: la ocupación de las direcciones y aparatos de los partidos de izquierdas (PSOE/PSC y PSUC) por las élites políticas catalanistas, la constitución de CiU en el “pal de paller” del “consenso catalanista”, del que quedan excluidas las formaciones políticas sucursalistas o españolistas (aplicación de la directriz constituyente del Consell de FF PP de Catalunya, que anticipará el posterior “Pacto del Tinell”), el abrazo de Roma entre Pujol y Felipe González, et., etc. 

Por cierto, todo eso fue posible tras el paréntesis de la presidencia de Josep Tarradellas, que desbarató la política de “compromiso histórico” entre el PSUC y Pujol durante la Transición. Poco tardaron en reponerse de la intromisión tarradellista, mediante la “dictadura blanca” pujolista que Tarradellas mencionó en sus Memorias.

Han sido décadas de “construcción nacional”, de “procés”, en que la propaganda nacionalista ha ido construyendo una Gran Mentira, a lo Groucho Marx.(...)"                 (Rafael Núñez, Alternativa Ciudadana Progresista, 22/09/17)

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