"(...) Elliott nunca pensó que las reivindicaciones de un sector de la
sociedad catalana acabarían en un ataque frontal a la España democrática
y descentralizada que él vio nacer. Joven discípulo de Vicens Vives
en la España franquista, enemigo de todo maniqueísmo, premio Príncipe
de Asturias en 1996, siempre ha procurado evitar el áspero debate
público sobre la secesión.
Hasta ayer. Después de leer en 'The Times'
varias cartas plagadas de falsedades sobre la España contemporánea
-«represiva», «intolerante», «autoritaria»-, y aprovechando una crónica
sobre la «campaña de odio» lanzada contra los no nacionalistas en
Cataluña, decidió contestar. Envió a 'The Times' una carta al director,
que ayer se publicó abreviada. Esta es la versión sin editar.
Señor,
Resulta esclarecedor comparar el
artículo de su corresponsal (23 de septiembre) sobre la «campaña de
odio» que en Cataluña están llevando a cabo los partidarios más
extremistas de los planes del Gobierno catalán para el referéndum por la
independencia con algunas de las cartas que ha publicado usted al
respecto.
Ningún Estado europeo concede a ninguno de sus componentes
territoriales el derecho a la secesión sin seguir un proceso
constitucional pactado, y el proyecto de independencia que ha orquestado
el presidente Puigdemont traspasa claramente los límites de la
legalidad al desafiar la Constitución Española de l978 y el Estatuto de
Autonomía de Cataluña.
Cataluña padeció durante largo
tiempo bajo el régimen dictatorial del general Franco, pero entre 1978 y
la crisis económica de 2008 prosperó como región y disfrutó de un alto
grado de autogobierno.
Los partidarios de la independencia intentan
sacar provecho de presuntas medidas represivas tomadas por Madrid, pero
puede que aquellos que simpatizan con el referéndum no sean conscientes
de hasta qué punto el Gobierno catalán ha intentado imponer desde hace
tiempo su propia agenda radical a la sociedad catalana en su conjunto.
A
través de su control del sistema educativo, su influencia en los medios
de comunicación, su manipulación de la historia catalana en pos de sus
propios intereses, y en algunos casos por medio de la intimidación, ha
intentado inculcar en la población una imagen de Cataluña como víctima
de malignas fuerzas exteriores.
Mientras que dicha
caracterización, que se retrotrae al menos a 1900, pudo contener
elementos de verdad en el pasado, no es cierta de la situación de hoy en
día ni del lugar que Cataluña ocupa en la España democrática. Aunque el
Gobierno de Rajoy ha mostrado una clara falta de empatía en su forma de
tratar a la región, su régimen no se puede tildar de ninguna manera de
represivo.
A estas alturas está claro que ha llegado el
momento de realizar una revisión de la Constitución Española, y a su
debido tiempo se debería intentar descubrir qué tipo de futuro es el que
las gentes de Cataluña quieren para sí. Esto sólo será posible, sin
embargo, si todas las partes entablan un diálogo civilizado dentro de
los confines de la ley.
Sir John Elliott es profesor regio emérito de Historia Moderna en la Universidad de Oxford." (El Mundo, 26/09/17)
No hay comentarios:
Publicar un comentario