"El ex presidente Jordi Pujol va a “trabajar” cotidianamente a un destartalado despacho de la calle Calabria (omitimos la dirección concreta) que es titularidad de la Fundación Vila Casas, del empresario farmacéutico Antoni Vila Casas.
Aquí acostumbra a recibir la visita de personas que él convoca o que le
solicitan una reunión.
Según testigos presenciales, en este despacho
hay una secretaria y un mozo de escuadra de paisano que vela por su
seguridad.
Además de
escribir sus reflexiones y charlar con sus visitas, el ex presidente
tiene otra actividad en el despacho de la calle Calabria. Según explican
a este Confidencial algunos de los afectados, reclama el pago de fuertes sumas de dinero en efectivo
a empresarios que considera que le deben favores de épocas pasadas.
Jordi Pujol justifica esta exigencia –en ocasiones, no muy amistosa- por
las necesidades de financiación de su familia, inmersa en un proceso
judicial por blanqueo de dinero y evasión de impuestos." (El Triangle, 26/02/16)
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