"(...) (CUP) Su proyecto significa apostar por la alianza con la burguesía catalana y
no con la izquierda española o catalana (En Comú Podem, en la última
versión de la alianza de izquierdas). Se desentiende de lo que ocurra en
el resto del Estado español (ni siquiera participa en las elecciones al
parlamento español) y de los proyectos del resto de la izquierda
mayoritaria.
Justamente, cuando toda la izquierda reconoce la necesidad
de acumular fuerzas a nivel europeo como condición indispensable para
poder romper la hegemonía neoliberal, necesidad especialmente puesta en
evidencia con la experiencia de Syriza, la CUP plantea que esa batalla
se da mejor en un futuro mini Estado europeo.
En otro artículo anterior
ya expuse, utilizando un debate clásico dentro del marxismo, los
argumentos en contra de reducir el tamaño de los Estados en un mundo
dominado por las grandes corporaciones e instituciones financieras del
capitalismoii.
(...) la izquierda aparece dividida sobre (...) el derecho a decidir mediante un referéndum vinculante (1) o la
desconexión unilateral (2). (...)
La CUP tenía que decidir entre una alianza a largo plazo con la
izquierda española y catalana en torno a la opción (1) o una alianza a
corto plazo con la burguesía catalana nacionalista en torno a la opción
(2), con la conciencia de que la adopción por una alianza y vía
eliminaba la otra.
Hoy la CUP no solo se ha aliado con la burguesía,
sino que lo ha hecho en las peores condiciones posibles (hubiese sido
mejor aceptar a Mas y conservar la autonomía) porque JxS han sido más
hábiles llevando la negociación al extremo y obteniendo que, a cambio de
sacrificar temporalmente a Mas, la CUP renuncie a su autonomía como
organización y se humille reconociendo que su política negociadora había
sido obstruccionista y errónea, y pague el tributo a JxS de cambiar dos
de sus diputadosiii.
Si al final hubiesen conseguido la cabeza de Mas, aun dejando la
dirección del proceso a la burguesía, pero manteniendo su independencia
como organización, hubiese sido una victoria, pírrica pero victoria.
Pero conseguir la cabeza de Mas a cambio de ceder su autonomía es
simplemente caer en la propia trampa. Se trata de una victoria pírrica
para la CUP y de una victoria total para JxS. (...)
Las consecuencias de la decisión de la CUP de apoyar un gobierno de JxS
La consecuencia más inmediata de la decisión de la CUP de apoyar a un
candidato de CDC a la presidencia de la Generalitat en reemplazamiento
de Artur Mas es que evita la repetición de unas elecciones autonómicas
en marzo en las que previsiblemente hubiese disminuido el apoyo a las
candidaturas independentistas, y posibilita, así, la continuación del
proceso de independencia unilateral, sea cual sea su desarrollo.
Pero también hay otras consecuencias colaterales que no pueden ser
ignoradas:
a) En la agónica negociación de tres meses entre la CUP y JxS
quién ha salido reforzada ha sido esta última y debilitada la CUP, que
ha aceptado públicamente su responsabilidad en el retraso y la
obstrucción. Ello la deja más desarmada ante la hegemonía de JxS.
b) Al
evitarse unas nuevas elecciones en marzo se facilita la continuación de
la hoja de ruta independentista, pero se impide la posibilidad un
reagrupamiento más amplio de la izquierda en Cataluña cuyas dos
expresiones se alejan aún más como consecuencia del pacto CUP-JxS.
c) El
problema nacional se impone totalmente sobre el social tanto en
Cataluña como en España en la agenda política de los próximos meses o
años.
d) La alternativa defendida por la mayoría de la izquierda de
luchar por conseguir un referéndum pactado y vinculante queda marginada
ante el choque de los dos extremos que enfrenta a los partidarios de la
independencia unilateral (CUP y JxS) con los del mantenimiento de la
unidad estatal y el cumplimiento de la legalidad vigente (PP, Ciudadanos
y PSOE).
d) En este sentido la alianza JxS-CUP y su proceso de
desconexión unilateral presionará para un posible pacto gubernamental,
en algún tipo de formato, entre PP-Ciudadanos-PSOE, impidiendo cualquier
posibilidad de un gobierno “progresista” que debería pasar por un
entendimiento entre el PSOE y Podemos.
e) No obstante, si al final
tuviesen que repetirse las elecciones legislativas en España, el tema
central lo ocuparía el proceso catalán en detrimento del problema
social. (...)" (Jesús Sánchez Rodríguez , Rebelión, 19/01/16)
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