20/1/16

La CUP no solo se ha aliado con la burguesía, sino que lo ha hecho en las peores condiciones posibles, perdiendo su autonomía y pasando a ser una organización seguidista

"(...) (CUP) Su proyecto significa apostar por la alianza con la burguesía catalana y no con la izquierda española o catalana (En Comú Podem, en la última versión de la alianza de izquierdas). Se desentiende de lo que ocurra en el resto del Estado español (ni siquiera participa en las elecciones al parlamento español) y de los proyectos del resto de la izquierda mayoritaria. 

Justamente, cuando toda la izquierda reconoce la necesidad de acumular fuerzas a nivel europeo como condición indispensable para poder romper la hegemonía neoliberal, necesidad especialmente puesta en evidencia con la experiencia de Syriza, la CUP plantea que esa batalla se da mejor en un futuro mini Estado europeo. 

En otro artículo anterior ya expuse, utilizando un debate clásico dentro del marxismo, los argumentos en contra de reducir el tamaño de los Estados en un mundo dominado por las grandes corporaciones e instituciones financieras del capitalismoii.  

(...) la izquierda aparece dividida sobre (...) el derecho a decidir mediante un referéndum vinculante (1) o la desconexión unilateral (2).  (...)

La CUP tenía que decidir entre una alianza a largo plazo con la izquierda española y catalana en torno a la opción (1) o una alianza a corto plazo con la burguesía catalana nacionalista en torno a la opción (2), con la conciencia de que la adopción por una alianza y vía eliminaba la otra. 

Hoy la CUP no solo se ha aliado con la burguesía, sino que lo ha hecho en las peores condiciones posibles (hubiese sido mejor aceptar a Mas y conservar la autonomía) porque JxS han sido más hábiles llevando la negociación al extremo y obteniendo que, a cambio de sacrificar temporalmente a Mas, la CUP renuncie a su autonomía como organización y se humille reconociendo que su política negociadora había sido obstruccionista y errónea, y pague el tributo a JxS de cambiar dos de sus diputadosiii.

Si al final hubiesen conseguido la cabeza de Mas, aun dejando la dirección del proceso a la burguesía, pero manteniendo su independencia como organización, hubiese sido una victoria, pírrica pero victoria. Pero conseguir la cabeza de Mas a cambio de ceder su autonomía es simplemente caer en la propia trampa. Se trata de una victoria pírrica para la CUP y de una victoria total para JxS.   (...)

Las consecuencias de la decisión de la CUP de apoyar un gobierno de JxS

La consecuencia más inmediata de la decisión de la CUP de apoyar a un candidato de CDC a la presidencia de la Generalitat en reemplazamiento de Artur Mas es que evita la repetición de unas elecciones autonómicas en marzo en las que previsiblemente hubiese disminuido el apoyo a las candidaturas independentistas, y posibilita, así, la continuación del proceso de independencia unilateral, sea cual sea su desarrollo. 

Pero también hay otras consecuencias colaterales que no pueden ser ignoradas: 

a) En la agónica negociación de tres meses entre la CUP y JxS quién ha salido reforzada ha sido esta última y debilitada la CUP, que ha aceptado públicamente su responsabilidad en el retraso y la obstrucción. Ello la deja más desarmada ante la hegemonía de JxS. 

b) Al evitarse unas nuevas elecciones en marzo se facilita la continuación de la hoja de ruta independentista, pero se impide la posibilidad un reagrupamiento más amplio de la izquierda en Cataluña cuyas dos expresiones se alejan aún más como consecuencia del pacto CUP-JxS. 

c) El problema nacional se impone totalmente sobre el social tanto en Cataluña como en España en la agenda política de los próximos meses o años. 

d) La alternativa defendida por la mayoría de la izquierda de luchar por conseguir un referéndum pactado y vinculante queda marginada ante el choque de los dos extremos que enfrenta a los partidarios de la independencia unilateral (CUP y JxS) con los del mantenimiento de la unidad estatal y el cumplimiento de la legalidad vigente (PP, Ciudadanos y PSOE). 

d) En este sentido la alianza JxS-CUP y su proceso de desconexión unilateral presionará para un posible pacto gubernamental, en algún tipo de formato, entre PP-Ciudadanos-PSOE, impidiendo cualquier posibilidad de un gobierno “progresista” que debería pasar por un entendimiento entre el PSOE y Podemos. 

e) No obstante, si al final tuviesen que repetirse las elecciones legislativas en España, el tema central lo ocuparía el proceso catalán en detrimento del problema social.  (...)"                     (Jesús Sánchez RodríguezRebelión, 19/01/16)

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