10/11/15

“Esta resolución cierra las puertas a la negociación con cualquier gobierno de España”.

"(...) Se suponía que el Parlament viviría otro de esos días históricos que han ido jalonando la política catalana en los últimos cuatro años. Pero no. Ayer no hubo épica. Ni en los discursos, ni en las actitudes.

 Los aplausos desganados de varios consellers daban fe del malestar que este paso hacia la insubordinación legal ha provo- cado en el seno del Govern. Los puños en alto de varios diputados de la CUP atestiguaban la victoria en su particular pulso con Convergència. Salvo algún estremecimiento entre los independientes incorporados a Junts pel Sí, el clima no fue de emoción. 

Ni siquiera Raül Romeva imprimió trascendencia a su intervención, salvo por una frase lapidaria: “Si no es hoy, será mañana; si no somos nosotros, serán otros”. En el otro lado del hemiciclo, Joan Coscubiela, de Catalunya Sí que es Pot, resumía el sentir de unos cuantos protagonistas del pleno de ayer, incluyendo unos pocos sentados en la bancada de Junts pel Sí: “Ni ustedes se lo creen”.

Mientras el intrépido acto de ruptura de Catalunya con el resto de España transcurría sin gloria en el Parlament, en Madrid se rasgaban las vestiduras. (...)

Pero desde Madrid, tanto el PP como el PSOE –que son los dos partidos con más posibilidades de gobernar– han acogido la declaración de ruptura como un punto de inflexión. Lo avisó ayer Miquel Iceta: “Esta resolución cierra las puertas a la negociación con cualquier gobierno de España”.

Para Convergència, incluso aunque no llegue a aplicarse, el texto supone también un antes y un después. Ya no será el partido de orden que ha aglutinado durante tres décadas a buena parte de la sociedad catalana. La promesa de que Mas garantizaba un proceso soberanista sin excentricidades se ha desvanecido.

La ruptura declarada ayer ha logrado dividir al Govern, no ha arrancado aún los votos para investir a Mas y ha favorecido las perspectivas electorales del PP y de Ciudadanos el 20-D. Este último efecto puede tener consecuencias nocivas: una reacción de repliegue en Madrid respecto a Catalunya y a su autogobierno en lugar de una cesión a las demandas del Govern."                (M. Dolores García  , La Vanguardia, 10/11/15)

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