"Nadie sabe con certeza si Cataluña logrará la independencia. Lo que
si sabemos es que una Cataluña soberana tendría que lidiar con las
mismas reglas que los demás países para entrar en el juego de las
finanzas globales y acceder a préstamos con los que pagar las nóminas de
sus funcionarios o la construcción de carreteras, por citar dos
ejemplos. Al igual que España, Cataluña gasta más de lo que ingresa.
¿Qué piensan las voces más influyentes del mundillo de las finanzas sobre la independencia catalana? (...)
En la semana previa al 27-S los discursos subieron de tono dentro y
fuera del país. Hasta Caixabank y el Banco Sabadell, las dos principales
bancos con sede fiscal en Barcelona, amenazaron con irse si Cataluña
obtuviese la independencia. No fueron los únicos en difundir su miedo:
varios bancos internacionales, incluidos UBS y JP Morgan, opinaron que
la secesión tendría efectos negativos.
Wall Street Journal, el diario financiero más leído de Estados
Unidos, difundió las estimaciones de estos bancos internacionales, según
los cuales la independencia supondría una pérdida de entre el 9% y el
14% del PIB de Cataluña y de entre el 3% y el 5% para España.
El diario
estadounidense fue más allá y estimó que se destruirían 350.000 empleos
catalanes y una cifra similar en el resto de España si se concretase la
secesión, equivalentes a una pérdida de 50.000 millones de euros, es
decir, el coste aproximado que hasta ahora tuvo la crisis financiera
sobre la economía española.
Fitch, una de las tres grandes agencias globales de rating, se
pronunció por última vez en noviembre de 2014 y aprovechó para
recomendar una mayor autonomía fiscal para Cataluña basándose en el
“positivo” ejemplo del País Vasco y Navarra.
En la misma nota la agencia
advertía que la independencia unilateral conllevaría cuantiosas fugas
de capital a corto plazo, dificultaría el acceso a financiación
internacional de Cataluña y de España y desalentaría la inversión
privada en el nuevo país. Moody´s y Standard & Poors, las otras dos
calificadoras del cártel junto a Fitch, mostraron líneas similares al
respecto, así como la calificación crediticia de “bono basura” para
Cataluña, similar a la de Portugal, Hungría y Bolivia. (...)
Moody´s es la única de las tres que miró la bola de cristal y
anticipó que “un sistema reformado sería beneficioso para Cataluña,
aunque las demandas de esta región en pro de una mayor autonomía fiscal
son bastante improbables”.
Ninguna de las tres todopoderosas olvidó destacar que Cataluña recibe
el 11% de la inversión estatal española y que la secesión supondrá la
salida de la Unión Europea ipso facto. A ojos de estas entidades, la
independencia es un escenario de “low probatility”. (...)" (José Bautista, 27/09/2015)
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