"En la calle por no hablar catalán. Ésta
es la situación que le ha tocado vivir a un médico andaluz que ejerce
desde hace años en Gerona y que fue despedido de forma fulminante por no
hacer uso de la lengua catalana.
Ni jefes ni pacientes tenían queja de
su trabajo. Sin embargo, ni su actitud ni su profesionalidad le han
servido para conservar su puesto de trabajo en el SPASS (Servicio de
Prevención Ajeno en Seguridad y Salud) de Gerona.
Según relató ante el juez Hugo Novales en
el juicio celebrado el martes, H. G. B. trabajó durante cinco años para
el SPASS. Sin más. el pasado octubre se le notificaba su despido
alegando que no hablaba catalán.
Las tensiones lingüísticas en
su empresa no eran novedad para H.G.B, que se había acostumbrado a
soportar las bromas de sus compañeros, que no tenían reparos en
burlarse de su acento andaluz o en recriminarle su desconocimiento del
catalán. El demandante, de hecho, asegura que recibió presiones y vivió
situaciones discriminatorias por su origen andaluz, «un goteo contínuo».
Cuando la cuestión lingüística acabó
convirtiéndose también en la razón de su despido, decidió denunciar a la
empresa. «Es triste volver a tiempos de represiones y obligaciones», se
lamentaba ayer el médico. El médico explicó que al principio no tenía
«ningún prejuicio en hablar catalán», pero tanta insistencia llegó a
cansarle y cuando sintió «la obligación» de hacerlo se le quitaron las
ganas de seguir intentándolo. (...)" (Somatemps, 25/10/2015)
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