"Se le veía ya venir al joven y apuesto president Artur Mas, que
envidiaba de su antecesor la característica de mártir que tuvo. La
diferencia enorme entre los dos fue que Lluís fue fusilado en las tapias
de Montjuïc por la voluntad de un asesino llamado Francisco Franco. A
Mas no le ha correspondido ningún asesino que le pusiera la miserable
parafernalia que Franco le puso a Companys. (...)
Ahora, 75 años después, se ha presentado para el cásting de la nueva
producción un tal Artur Mas, que va vestido con un traje impecable, la
camisa blanca recién planchada, y la ducha fresca que le ha alegrado la
mañana. Afuera, en la calle, hay muchos hombres que buscan darle
compañía en su empeño real: dar un golpe de Estado contra la democracia
española, apoyado por cuatrocientos alcaldes que dicen que todos los
jueces y fiscales centralistas son una recua de falsificadores. (...)
Si no llegan los diputados, si no llegan los votos populares, ya
llegará la independencia por la vía de los votos “pata negra”. Y si
quitamos de en medio todas las leyes españolas, mejor, por más limpias.
Mas venía bien lavado y bien vestido, para festejar a Companys. Le ha
faltado el verdugo español, que no ha sido todavía elegido para la
ocasión. En el resto de España aún no hay verdugo electo. En el resto de
Cataluña, tampoco." (
Jorge M. Reverte
, El País, 19 OCT 2015)
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