"A mediados de julio, un importante directivo de un gran fondo de
inversión estadounidense empezó a hacer una ronda de llamadas a sus
contactos en España.
Quería conocer de primera mano, y de distintas
fuentes, qué deriva podía tomar la creciente tensión política en Cataluña y cuál era el riesgo real
de que se celebrara un referéndum de independencia. Desde entonces, ese
tipo de llamadas se ha disparado y los inversores internacionales han
empezado a tomar medidas.
Es el caso de los grandes fondos inmobiliarios internacionales, que
están aprovechando la bajada generalizada de precios en España para
intentar hacerse con importantes activos a un considerable descuento.
“En los contratos que se están firmando en Cataluña se están incluyendo
cláusulas para protegerse en caso de independencia”, asegura desde Nueva
York un gestor de fondos. “Es el mismo concepto que se utilizó en Grecia, cuando existía el riesgo de que el país saliera del euro”, remata. (...)
El referéndum de independencia en Escocia
del pasado 18 de septiembre puso la cuestión catalana en el radar de
los inversores internacionales. “El referéndum escocés abrió la puerta a
la celebración de distintas consultas de secesión en Europa. Hace unos
meses ese era un riesgo menor para los inversores y ahora ya ha dejado
de ser un riesgo cero”, sostiene una fuente financiera internacional.
“La mayoría de los inversores duda de que en Cataluña se vaya a producir la votación
en la fecha anunciada y aún confía en que no se llegará a producir la
ruptura sino algún tipo de negociación. Pero la inestabilidad política
ha pasado a ser un factor determinante en el análisis de Cataluña y de
España”, añade.
No hay semana en la que un banco de inversión no
publique su informe sobre las consecuencias y riesgos asociados a una
posible independencia catalana, e incluso esta semana la agencia de
riesgos Fitch advirtió de que la deuda catalana pasaría a ser
considerada bono basura en caso de escisión. (...)
Las multinacionales extranjeras
también se están movilizando. “Los empresarios están muy preocupados,
tienen mucho capital invertido aquí y se juegan mucho. De momento, han
optado por postergar las inversiones”, asegura Andrés Gómez, presidente
del Círculo de Directivos de Habla Alemana, con sede en Barcelona y cuyo
socio de honor, a día de hoy, todavía es el expresidente de la
Generalitat Jordi Pujol. “Aunque lo vamos a evaluar en la próxima
asamblea”, aclara.
Los riesgos de las inversiones en Cataluña también forman parte de la
agenda de la reunión que cada miércoles celebran los empresarios
japoneses de forma alterna en Madrid y en Barcelona, aunque prefieren no
opinar en público.
“Hay miedo, la mayoría de las empresas tienen
negocios con la administración y no quieren poner en riesgo sus
contratos”, admite Gómez, uno de los pocos que acepta hablar sin exigir
anonimato. Las autoridades catalanas sostienen que la inversión
extranjera no sólo no se ha frenado en seco, sino que ha aumentado.
“Pero eso es por cómo se contabilizan estos registros”, replica el
presidente del Círculo de Directivos de Habla Alemana. “Si una filial
pide un préstamo a su matriz alemana porque aquí le resulta casi
imposible conseguir crédito y destina ese dinero a pagar un ERE, en
términos contables pasa a ser inversión, pero no lo es. Las cifras no
reflejan la realidad”, asegura. (...)
Tan llamativo es, salvo contadas excepciones, el silencio empresarial en Cataluña
que los propios fondos de inversión están presionando a los bancos
catalanes para que hagan público qué piensan hacer con la sede social si
se produce la independencia. “Cuando hablamos con ellos les recordamos
la necesidad de que se pronuncien y adviertan de las consecuencias que
puede tener un voto a favor de la independencia.
Pero nos contestan que
en este momento todavía no pueden hacerlo porque tendrían piquetes
delante de las oficinas desde ese día. Es cierto que en Escocia las
entidades se pronunciaron una semana antes de la consulta”, asevera una
gestora de fondos desde Londres. El análisis de esta gestora es que la
tensión en el mercado irá aumentando conforme se acerque la fecha
prevista para la consulta —el 9 de noviembre— y que entonces empezará a
penalizar negativamente los activos catalanes y también del resto de
España. (...)
“Los mercados tienen una capacidad de atención muy corta y pasan de la
nada al todo. Pasó con Escocia y pasa con Cataluña. Los mercados aún no
han reaccionado pero sin duda lo harán”, advierte el gestor del fondo
estadounidense." (
Alicia González
Madrid, El País,
5 OCT 2014)
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