"Lograr que seconvoque una consulta popular contra las prospecciones
para el día 23 de noviembre en las Islas Canarias, no ha sido una tarea
fácil sino, producto del trabajo, la presión social y movilización
constante del movimiento popular antipetrolero que lleva ya unos cuantos
años de múltiples manifestaciones, asambleas populares, campaña de
boicot, y campañas masivas de información que lo convierten
probablemente en el movimiento social más importante de la historia
reciente de las islas desde el Referéndum contra la OTAN.
La decisión final asumida por la Coordinadora fue la de presionar
hasta lograr la consulta. Producto de esta presión y ante la creciente
campaña en las redes sociales y de recogida de firmas de compañeros y
compañeras de las distintas islas, el presidente del Gobierno de
Canarias en un acto de tintes oportunistas, decide asumir como suya la
consulta, sin embargo lo hace bajo la premisa planteada por Rivero de
“vamos a consultar a Madrid si nos deja hacer la consulta”.
Ante
esto, la estrategia asumida por la Coordinadora Canaria contra las
Prospecciones es la de presionar en el sentido de que, sabiendo que
Madrid jamás va a aceptar esta consulta, exigir que la misma se realice
si o si, con o sin permiso de nadie, en el entendido de que el destino
del pueblo canario no puede decidirse en los despachos de un ministro
indolente o una petrolera codiciosa a más de 2000 kilómetros de aquí.
Finalmente, ante la falta de respuesta del Estado, sumada a la presión
social de las organizaciones, el Gobierno de Canarias busca una salida
echando mano a una ley de participación ciudadana, paradójicamente
aprobada con el apoyo del Partido Popular, para convocar la consulta.(...)" (René Behoteguy Chávez, Rebelión, 06/10/2014)
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