"Uno de los promotores de Societat Civil Catalana (SCC), Joaquim Coll, ha asegurado este viernes que Cataluña no es un "país normal" -en referencia al lema de Omnium Cultural-, entre otras razones porque no se puede realizar una consulta ciudadana cuya pregunta es "conceptualmente confusa, democráticamente fraudulenta, inimaginable en un país normal, es una gran estafa intelectual".
En un almuerzo informativo organizado por Nueva Economía Fórum, el historiador ha dado más argumentos: "¿Pretenden que, en poco más de un mes,
desde que Mas firme el decreto de convocatoria hasta el 9 de noviembre,
decidamos una cosa tan grave como es la secesión? ¡Y todavía no se han
aclarado cómo se tienen que contar los votos de la hipotética consulta!".
"Que este ridículo tan enorme haya pasado, esté pasando, con el silencio e incluso el entusiasmo de tanta gente es la prueba más palpable que Cataluña es hoy un país políticamente enfermo", ha concluido el vicepresidente primero de SCC. (...)
En esta línea, Coll ha preguntado cómo es posible que se suscriba desde la Generalidad y los partidos políticos pro-consulta la tesis del expolio -lo del 'España nos roba'- y, a la vez, realizar un "panegírico de una Cataluña próspera,
competitiva, exportadora de bienes, receptora de importantes
inversiones y bien dispuesta a aprovechar las oportunidades de la
globalización", toda una contradicción: "Una cosa y la otra no pueden
ser verdad a la vez", ha añadido.
"Las sociedades abiertas no pueden dejarse llevar por el ilusionismo ni la irracionalidad o por el silencio de los que están en contra pero que no hablan por miedo a represalias reales o imaginarias", ha asegurado el historiador, advirtiendo de que las consecuencias de la crisis secesionista recaerían sobre todo en las clases más populares y que "votar la división de un país, de una sociedad y de un Estado no es una fiesta, y sí algo traumático". (Diálogo Libre, 27/06/2014)
"(...) El historiador ha denunciado la existencia de una "hegemonía
nacionalista que se manifiesta en un lenguaje absolutamente connotado, y
que utilizan sin darse cuenta incluso personas o grupos que no son
independentistas":
"Seguro que todos tenemos en la cabeza
muchos ejemplos, el más evidente hoy es referirnos a Cataluña y a España
como dos realidades diferentes, cuando no enfrentadas, a no hablar de
España sino del Estado hasta extremos ridículos. A condenar cualquier
déficit fiscal como ilegítimo. Y, últimamente, a hablar del envite
soberanista como conflicto entre dos partes, Cataluña y España o España
contra Cataluña. Y hablo del lenguaje que con frecuencia se nos presenta
como neutral, porque el que se utiliza a diario desde los medios
públicos catalanes en boca de algunos políticos, periodistas y
opinadores daría para hacer un diccionario que pusiese de manifiesto
cómo en nuestra casa se pervierten los significados [en lo que podría
constituir] la lengua del soberanismo".
Según Coll, la hegemonía del nacionalismo "durante décadas ha
cultivado un discurso basado en la ambigüedad, el pataleo, la permanente
insatisfacción, el fatalismo, la sensación de fracaso e incluso de
agonía".
"En Cataluña, con frecuencia, no hay un hecho negativo cuyo
origen no se atribuya al Estado español, imponiéndose finalmente una
cultura política regresiva, escapista, sentimental y puramente emotiva y
socialmente populista", ha añadido.
Coll ha rechazado la posición de Mas cuando asegura que la consulta
indepenentista "no tiene marcha atrás" porque "el precio" de no hacerla
sería más alto que el de hacerla. "Lo que conviene saber, debatir y
explicar bien no es el precio de no hacer la consulta, sino el precio
social, económico, cultural y sentimental de la ruptura con el resto de
España", ha subrayado.
Y ha advertido de que "lo que ha sido siempre terriblemente funesto
es cuando una sola idea se ha apoderado de un país". "No hay nada más
peligroso que una idea, cuando solo se tiene una", ha insistido,
parafraseando al filósofo francés Alain. "Pues bien, hoy en Cataluña no
hay política, la política, que es el arte de lo posible, ha sido
arrasada por la única idea del imperativo de la consulta y el pueril
'dejadnos votar'.
Como si no fuese eso lo que hemos estado haciendo
periódicamente desde el año 1977, sin que nunca ganase, ni poco ni
mucho, las elecciones autonómicas una fuerza independentista que se
presentase con un programa inequívocamente secesionsita", ha indicado.
"El secesionismo es el resultado de una filosofía que ha alimentado
obsesivamente la insatisfacción con el único objetiov de proclamar,
solemnizar la tesis del fracaso del modelo autonómico y de la España
democrática.
Y que se esfuerza por borrar los éxitos de los últimos 36
años y que habla siempre del Estado español como si Franco hubiese
muerto anteayer", ha señalado, aunque ha matizado que "todo esto no esto
no es solo mérito" del nacionallismo y de su "habilidad para explicar
algunas razones o esgrimir medias verdades junto a mentiras
deliberadas", sino que las instituciones y los grandes partidos
españoles también lo han "abonado inconscientemente". (...)
En el turno de preguntas, Coll ha augurado que "no habrá referéndum"
independentista el 9 de noviembre, por lo que ha declinado valorar las
consecuencias de "un escenario que no pasará a corto plazo".
"El
presidente [de la Generalidad] Mas firmará el decreto de una consulta
que sabe que no puede convocar, una consulta que sabe que no se hará, y
que lo que encenderá es la mecha de la estrategia del desbordamiento que
persigue el entramado asociativo secesionista. Es un acto de
irresponsabiliad que nos meterá en un gran lío político y social", ha
advertido. (...)" (Alejandro Tercero, Crónica Global, Viernes, 27 de junio de 2014)
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