"Funcionarios de la Unión Europea calculan que llevaría, al menos,
cuatro o cinco años negociar y ratificar la adhesión de Escocia y
Cataluña. [...] El divorcio significa que los disidentes deben vivir
solos, al menos durante un tiempo.
No habrá ningún compromiso inmediato
con la UE, ninguna dote de Bruselas, ni cheques garantizados por otros
bancos centrales. Aterradora o liberadora, ese es el sentido de la
independencia".
Así concluye un artículo publicado en The Economist, en el que se analizan los casos del independentismo catalán y escocés.
El semanario británico señala que "es un error insinuar que los
nuevos Estados independientes nunca podrían unirse a la UE", pero alerta
de que "aún es más deshonesto pretender que la adhesión sería rápida o
fácil, incluso en las mejores circunstancias".
El artículo señala que estos movimientos independentistas han
generado nerviosismo en otros gobiernos europeos porque "si Escocia y
Cataluña se independizan, ¿por qué no el País Vasco, Flandes, Córcega o
incluso Baviera?".
Y recuerda que altos dirigentes de la UE han realizado advertencias
"cada vez más contundentes" a los aspirantes a separarse, y destaca
declaraciones del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y
del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso
apuntando a que una región que se independizase sería considerada "un
tercer país" que "tendría que presentar una solicitud" para entrar en la
UE. (...)
Pero también indica que, "involuntariamente, la UE puede ser parte
del problema", puesto que ha "debilitado a los gobiernos nacionales
desde arriba, desplazando competencias a nivel europeo", a la vez que
"se les ha debilitado desde abajo, haciendo más fácil a los separatistas
buscar la independencia envueltos en la UE".
En este sentido, cita al consejero de la Presidencia y portavoz de la
Generalidad, Francesc Homs, quien reconoce que el referéndum que
plantean "nunca podría celebrarse sin la UE, que estabilizó la
democracia española tras la dictadura de Franco". "Nos sentimos seguros.
Hemos perdido nuestro miedo. Nadie nos va a disparar", añade.
Por último, The Economist destaca que para entrar en la UE,
"todos los miembros deben ponerse de acuerdo para abrir y luego concluir
las negociaciones de adhesión, y ratificar el acuerdo". "Hay 35
capítulos a negociar, y estos se han endurecido con los años", advierte." (Crónica Global, 21/02/2014)
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