14/11/13

El nacionalismo catalán es una forma de populismo en el sentido de que excita a los ciudadanos con sus sueños, sus promesas, sus fantasías...

"(...) Relaciona las nuevas formas de nacionalismo con el populismo.

Sí, el nacionalismo catalán es una forma de populismo. No es el nacionalismo holandés o el austriaco, pero sí que es populismo en el sentido de que excita a los ciudadanos con sus sueños, sus promesas, sus fantasías. Tiene además la costumbre de fustigar a un adversario político que a veces lo acaba convirtiendo en enemigo. 

Desafía al Estado en nombre del pueblo. Tiene también la mala costumbre de cumplir o incumplir las leyes según sus intereses. Va a la búsqueda y captura de un cierto unanimismo ideológico, y tiene la mala costumbre de señalar a la gente el recto camino a seguir, y a prescribir la realidad en lugar de describirla.

Aun así, el catalanismo siempre se ha definido como europeísta.

Sí, aquí hay una cuestión terminológica y conceptual.

¿Hay, pues, una diferencia entre catalanismo y nacionalismo catalán?

Se me hace difícil, pero supongo que sí. El catalanismo es un movimiento que intenta preservar la cultura catalana, y a mí me parece bien. El nacionalismo, en cambio, persigue la independencia de Cataluña. 

 Y ahora podemos encontrarnos con la paradoja de que un movimiento que se postula como europeísta puede llevar a los catalanes fuera de la Unión Europea. En la nueva Europa pedir un Estado propio es anacrónico, puro siglo XIX. (...)"                     (Entrevista a Porta Perales, Crónica Global, 11/11/2013)

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