"La mayor parte de la gente cree que Lincoln fue un presidente
demócrata* y que el lehendakari es una figura ancestral de la democracia
vasca, elegido probablemente en la baja Edad Media por una asamblea de
ancianos sentados a la sombra de un roble milenario. No es cierto. El
primer lehendakari de la historia vasca, José Antonio Aguirre, fue
elegido el 7 de octubre de 1936.
En el 77 aniversario de tan señalada fecha, El Correo abría ayer su
portada con el titular ‘Cinco lehendakaris unidos por el legado de
Aguirre’, titular que se repetía en páginas interiores. Lean el pie de
foto: , donde se dice que la hija de Aguirre “recibió la insignia de
parlamentario de su padre”.
En el cuerpo de la información se matiza el asunto con palabras de la
presidenta Tejeria, tratadas por el periódico. La insignia reconoce a
Aguirre a título póstumo, como parlamentario, pese a a que “en aquellos
momentos realmente duros y difíciles”, la guerra impidió constituir la
Cámara y que fuera elegido por ella.
Empiezas confundiendo los honores y reconocimientos (que sí se pueden
conceder a título póstumo) y los cargos representativos, que no. El
primer Parlamento vasco de la historia se constituyó en 1980. No fue la
guerra lo que impidió su constitución. No se habían celebrado
elecciones autonómicas ni estaban previstas.
El Estatuto de Autonomía no
lo aprobó un Parlamento vasco, sino las Cortes Republicanas el 1 de
octubre de 1936. En consecuencia, a Aguirre no lo eligió, ni podía
elegirlo un parlamento, sino una asamblea de concejales vascos reunida
en Guernica el 7 de octubre de 1936.
La página se completa con otro asunto notable: La información de que,
con motivo de este homenaje crónico, la Fundación Sabino Arana ha
cedido al Parlamento vasco el juramento manuscrito que pronunció ante
los concejales José A. Aguirre.
¿Es posible que un documento de esa
naturaleza sea propiedad de una fundación particular, propiedad de un
apartado político, y no de una institución (la Presidencia del Gobierno
vasco, el Parlamento)? En Euskadi, sí.
No es, con todo, el único juramento que hizo Aguirre aquel 7 de
octubre. En mi libro, Palabra de vasco, di noticia del otro, que me
había sido facilitado por el historiador Manuel Montero:
“El día 7 de octubre de 1.936, José Antonio de Aguirre Lecube fue
elegido lehendakari y acudió a oir misa a la Basílica de Begoña en
compañía de una representación del Partido. El fraile nacionalista,
Pedro de Errasti, había traído un copón lleno de hostias consagradas de
la iglesia madrileña de los Trinitarios, con el fin de que no fueran
profanadas por el populacho de Madrid en guerra.
Y allí, ante el Partido
como la más fiel representación del pueblo vasco y ante aquellas
hostias madrileñas, el primer lehendakari de nuestra historia juró por
primera vez su cargo con las siguientes palabras:
“Juro ante la Hostia Santa fidelidad a la fe católica que profeso, siguiendo y cumpliendo la enseñanza de la Santa Iglesia Católica, apostólica, romana; juro fidelidad a mi patria Euzkadi y en su servicio queda ofrecida mi vida, de la que dispondrá en la medida, el momento o las circunstancias que señalen las únicas autoridades legítimas del PNV o Euzkadi Buru Batzar. Así lo juro desde el fondo de mi alma ante mi Dios en la Hostia Consagrada.”
El hecho debió de ser tan relevante que, a partir de entonces,
sucesivas generaciones de jeltzales, con la capacidad para la polisemia
que les distingue desde tiempos inmemoriales, empezaron a considerar que
las hostias siempre vienen de Madrid.
Horas más tarde, el antiguo jugador del Athletic y exalcalde de
Guecho, juraría por segunda vez en el mismo día su cargo en la Casa de
Juntas de Guernica. Para hacerlo, emplea lo que se ha dado en llamar la
fórmula tradicional, aunque en aquella ocasión era fórmula novísima
puesto que era la primera vez que se usaba por el primer lehendakari de
la historia del País Vasco:
“Ante Dios humillado, en pie sobre la tierra vasca, en recuerdo de los antepasados, bajo el árbol de Guernica, ante vosotros, representantes del pueblo, juro desempeñar fielmente mi cargo”.” (SANTIAGO GONZÁLEZ 10/10/13, en Fundación para la Libertad)
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