"(...) Ahora bien, recogiendo lo que comentas, algunos venden que tras la
independencia vendrá un bienestar social. Es un acto de fe. Cada vez
sucede más que hablando con personas independentistas se producen
diálogos propios de la religión.
No creo que por el simple hecho de
tener un presidente de un Estado catalán desaparezcan la corrupción, el
hambre, las injusticias sociales... Además, muchos de los que hablan de
independencia no se han planteado el coste económico.
Los que creen que
el Estado propio significará que todo nuestro dinero nos lo gastaremos
en trenes, autopistas, en aeropuertos más competitivos... no se dan
cuenta de que también tendremos que pagar nuestro ejército, la lucha
contra la droga, el control de la inmigración ilegal, la protección de
nuestras fronteras y tantas otras cosas que ahora mismo nos pagan otros.
Por lo tanto, pienso que existe un debate ficticio que nunca se ha
abordado con seriedad. Desde el punto de vista del planteamiento, los
políticos y gestores del independentismo de Escocia o del Québec me
merecen mucho más respeto que los de Cataluña, porque no trabajan con el
corazón sino con el razonamiento.
Entonces hay una propuesta real. Si
somos independientes tendremos estos costes y deberemos renunciar a
ciertas cosas. Aquí parece aquello de Francesc Pujols: "Llegará un día
en que los catalanes, por el simple hecho de serlo, iremos por el mundo y
lo tendremos todo pagado".
¿Convergència, con una larga tradición de gobierno, no ha valorado los costes de la independencia?
No lo creo. La prueba es que no existe ningún documento que lo
recoja. De hecho, en una rueda de prensa le preguntaron a Mas qué harían
con la cuestión de la defensa y respondió que ya contratarían a
alguien. ¿Tendremos un ejército de mercenarios?
Como los almogávares.
¿Pero se piensan que podremos estar en la UE sin estar en la OTAN y
sin pagar? Están engañando a la gente aquellos que juegan diciendo que
si somos independientes recuperaremos nuestro déficit fiscal, seremos
ricos y pagaremos nuestras deudas. Me parece de una irresponsabilidad y
de una frivolidad muy incómodas.
Vuelvo al ejemplo de Escocia. Los
escoceses han ido a Bruselas, se han sentado y han dicho esto lo podemos
hacer, esto no, esto lo pactaremos con los ingleses. Aquí sólo por
plantear estas cuestiones ya te miran como si estuvieras chiflado.
Los
líderes políticos catalanes atacan hipócritamente a España, cuando todos
formamos parte de ella. Nos engañamos si creemos que todo eso lo
haremos solos y no nos costará ni un duro.
¿Y cómo es que este argumento, que parece razonable, no lo
está exponiendo públicamente nadie del sector económico y empresarial?
Se les debería preguntar a ellos. Puedo tener algunas opiniones sobre
ciertos líderes empresariales de Cataluña, pero prefiero ahorrármelas.
Puede que en el seno de Convergència haya personas que piensen de esta manera.
No, en Convergència han hecho limpieza [sonríe]. A algunos nos tenían
ganas desde hace años. Puede decirse que aquellos que no son favorables
a la independencia han vuelto a sus casas y han callado. Hace unos años
el presidente autonómico hablaba de "la Casa Cran del catalanisme" y
hoy ya nadie se acuerda de todo aquello.
Convergència defiende lo que
defiende y muchos se han convertido en partidarios de esa línea, ya sea
por salvar la silla o convicción. Pero, efectivamente, oigo a antiguos
compañeros de partido y defienden posturas radicalmente contrarias a las
que defendían hace unos años.(...)" (Entrevista a Ignasi Guardans, Crónica Global, 17/09/2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario