"Habló (Artur Mas) el domingo 14 de octubre para los suyos, para los cuadros y dirigentes de Convergència i Unió (...)
Llegó a decir incluso que una de las señas de identidad de su gobierno
era la veracidad, el no engañar a nadie. Que lo diga un gobernante que
apenas ha tenido en cuenta el programa con el que ganó las elecciones en
2010 (...)
Mas habló de soberanía y soberanismo y dijo, esta vez con claridad, que
había que tener muy en cuenta la actual situación europea y la
acumulación de poder por parte de algunas instancias comunitarias. Sería
un guiño a quien quisiera oírlo. (...)
Habló también de educación y de escuelas. No dijo nada de la falta de
recursos, de la disminución de las partidas dedicadas a la pública, del
incremento de ratios, del despedido de profesores, de la matrícula de
los ciclos formativos superiores, de la reducción de salarios de los
trabajadores de la enseñanza y de cien cosas más.
Cómo puede ser,
preguntó, que hoy se nos diga que se debe españolizar la escuela
catalana, “cuando se ha demostrado que con la inmersión lingüística no
es solo un lugar de convivencia, sino la única posibilidad que tienen
muchos chicos y chicas de conocer la lengua del país" [1].
Para otros
chicos y chicas la inmersión no rige. Para sus hijos por ejemplo. En
Aula, una elitista escuela privada no concertada catalana, el proceso
lingüístico es otro. No sigue los pasos de la llamada “inmersión
lingüística” (...)
No sólo eso: subido de tono ha acusado nada menos que a la
"oligarquía" del Estado (español, por supuesto, es decir, a los Botines,
Duquesa de Alba, Florentino Pérez et alteri), sin incluir la catalana,
de "pisar" a Catalunya [2].
La consulta se hará apelando a la actual
legislación estatal, cambiándola si es necesario, y en caso contrario,
estableciendo un marco legal catalán o apelando a la legislación
internacional. Añadió don Artur Mas: "Os lo digo con toda la honestidad e
incluso ingenuidad, nos gustaría que de vez en cuando, como está
pasando de forma muy débil, salieran algunas voces en la España
democrática de hace más de 35 años que dijeran que los catalanes tenemos
derecho a decidir nuestro futuro".
¿No ha escuchado ni leído el
president que se rió de los niños andaluces y gallegos esas voces de la
España democrática –que, por tanto, y en contra de lo que publicitan
entre sus bases sociales, no es tan sólo un país de bárbaros
equiparables a Queipo del Llano-, y de izquierdas habría que añadir para
informar bien de lo que está sucediendo?
El candidato se
movió, además, hacia huracanes de alta tensión. La clave del proceso
soberanista, señaló, es la construcción de grandes mayorías. La voluntad
de un pueblo, prosiguió, es indestructible, “si se expresa de forma
pacífica, democrática y en convivencia -una manera que está de acuerdo
con la genética catalana”.
¿Genética catalana? ¿Y qué genética
es esa? ¿Está en los genes de la ciudadanía catalana sin excepción el
comportarse pacífica, democrática y convivencialmente? ¿De verdad?
¿Como
don Francesc Cambó, por ejemplo, que tiene una plaza en la parte alta
de la ciudad a él dedicada? ¿Como el alcalde franquista Porcioles, por
ejemplo? ¿Cómo el fascista olímpico don Juan Antonio Samaranch? ¿Como
los jerarcas eclesiásticos catalanes del nacional-catolicismo? (...)
Salvador Pániker contaba una anécdota significativa en Segunda Memoria
“Le dije a López Rodó. “Cataluña tiene el complejo de haber perdido la
guerra civil”. Replicó él sin ninguna vacilación. “Pues yo soy catalán y
tengo la impresión clarísima de haberla ganado.”. ¿Pacífico,
democrático, don López Rodó, uno de los siete magníficos franquistas?
Por lo demás, ¿la genética catalana incluye la corrupción generalizada
entre amplios sectores de las clases dominantes catalanes y sus
representantes políticos? ¿También está en sus genes?" (Salvador López Arnal, , Rebelión, 16/10/2012)
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