"En la OTAN, sin ejército? El presidente Artur Mas ha declarado que el
nuevo Estado que propone no tendría ejército y se integraría en la
OTAN. Es decir, si se ha explicado bien, la seguridad y defensa de la
Cataluña independiente, en lo que a las fuerzas armadas se refiere, se
haría depender de la Alianza Atlántica.
La respuesta de Artur Mas sobre un hipotético ejército de Cataluña es
una precisión importante por parte de quien declara, desde una elevada
responsabilidad, estar decidido a iniciar un proceso de independencia,
nada menos. Si se habla en serio, y se debe suponer que lo hace, la
política de seguridad y defensa prevista es un buen test para juzgar la
calidad del proyecto, su viabilidad. Veamos. (...)
Si la iniciativa de independencia de Mas es seria, y tiene que serlo,
debe saber que su propuesta de una Cataluña independiente sin fuerzas
armadas y como Estado miembro de la OTAN es inviable, a no ser que la
más importante organización del mundo modificase sus normas.
No puede
ignorar que no es posible que un Estado sin ejército pueda ser admitido
en una alianza que se basa en el principio de asistencia militar mutua. O
sí, pero, en ese caso, su propuesta de “dotar a Cataluña de estructuras
de Estado” no resultaría creíble. ¿En la OTAN, sin ejército? No le van a
entender.
Y, aún disponiendo de unas fuerzas armadas propias, una Cataluña
independiente tendría que solicitar el ingreso en la Alianza y contar,
como para entrar en la Unión Europea, con el acuerdo unánime de sus
miembros para, con los demás Estados, “contribuir a la seguridad de la
región del Atlántico Norte”, como se señala en el artículo 10 del
Tratado.
¿Qué pasos se tendrían que seguir para formar parte de la OTAN y
beneficiarse de su estructura de defensa colectiva? Construido el Estado
con su ejército correspondiente, tendría que solicitar el ingreso y, si
lo deciden los aliados, le concederían el estatus de país candidato a
entrar en la Alianza, para lo que debería cumplir con un “plan de acción
para la adhesión”, el MAP, y cumplir estrictas condiciones sobre
capacidades militares.
Se entiende que Artur Mas haya dado importancia a formar parte de una
estructura de seguridad colectiva como la Alianza Atlántica, sobre todo
en un escenario de amenazas como el que sufre el área en el que
vivimos, pero no se puede ignorar en qué condiciones es posible formar
parte de esa organización.
Para disfrutar de la seguridad colectiva de la OTAN hay que tener un
ejército, y un ejército homologable cuesta dinero, mucho dinero. Ya que
se cita tanto Dinamarca, utilicemos el caso danés para entender qué
significaría para el nuevo Estado una política de defensa propia. Con
datos presupuestarios de la OTAN para el año 2011, el presupuesto
militar anual del país nórdico fue de 4.000 millones de euros, un 1,4%
de su PIB que, traducido a una Cataluña independiente, significaría, al
menos, 3.000 millones de euros.
Un ejército de unos 20.000 efectivos
que, previamente, tendría que ser dotado de medios materiales, con el
nivel de exigencia de la Alianza, que habría que financiar. Esa sería la
traducción de las aspiraciones confesadas; se puede, por supuesto,
utilizar otros Estados como modelo, pero, estos son los propósitos que
se han trasladado a la opinión pública y, se supone, son serios. (...)
CiU y Artur Mas deberían volver sobre su propuesta militar y
explicarse mejor; está en juego, en un apartado no menor, la
credibilidad de su iniciativa de Estado independiente.
¿Por qué es importante hacer frente a este debate? Si el presidente
de un Gobierno autónomo dice solemnemente que inicia un proceso para la
independencia, es vital debatir con rigor sobre el contenido concreto de
su proyecto. No puede ser considerado como una broma ni se debe eludir
el contraste de las opiniones.
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