" Los empresarios catalanes tienen miedo ante la posibilidad de una
ruptura de del país; de hecho, temen incluso el propio debate
secesionista. Los efectos de una Cataluña fuera de la Unión Europea (UE) serían demoledores
para las firmas de esta Comunidad, toda vez que no habría libre
circulación de bienes ni de capitales con el resto de España, lo que
supondría una desventaja competitiva respecto a las empresas españolas y
del resto de la UE.
A pesar de que Mas ha mostrado en reiteradas ocasiones su deseo de conseguir una desconexión de Cataluña del resto del país (no solo en lo económico, sino también en lo cultural), la realidad es que las empresas catalanas facturaron productos al resto de España por un valor de 49.389 millones de euros en 2011
(el 47% del total de las ventas realizadas fuera de Cataluña) con un
saldo comercial positivo de 22.684 millones de euros, el mayor superávit
comercial de la historia de Cataluña.
Concierto, sí; secesión, no
La Vanguardia reconocía este domingo que el rechazo a la independencia
también es compartido por la Cámara de Comercio de Barcelona (presidida
por Miquel Valls), por la CECOT (encabezada por Antoni Abad), e incluso
por la Pimec (presidida por Josep González), entidades con un peso muy
significativo entre las élites empresariales catalanas. Ninguna de ellas
acudió oficialmente a la manifestación secesionista que la semana
pasada reunió a 300.000 personas en Barcelona.
Las organizaciones empresariales sí muestran, en cambio, de forma mayoritaria, una posición más cercana a la demanda de un pacto fiscal en la línea del concierto económico también planteada por Mas, con la excepción del Círculo de Economía (presidida por el ex ministro popular
Josep Piqué) -que ha advertido de la inviabilidad de la propuesta-, y
del Cercle Català de Negocis (encabezado por Ramon Carner y cercano a
Solidaritat y Reagrupament) -que apuesta abiertamente por la
independencia de Cataluña-. (...)
Los grandes empresarios catalanes,
por su parte, apuestan por evitar cualquier tipo de conflicto.
‘Prefieren verse como puente entre ambos frentes y son partidarios de
que el presidente de la Generalidad y el del Gobierno central busquen pactos que permitan reconducir la situación y rebajen la tensión
que actualmente percibe la opinión pública.
Y a eso se han puesto con
contactos, llamadas y encuentros de intensidad varia. Ven [la escalada
dialéctica tras la Diada] como una peligrosa tensión que, además de
poner en peligro mercados y relaciones muy valiosas, puede acabar en el
descontrol político’, aseguraba este domingo Manel Pérez desde las
páginas de la cabecera de referencia del grupo Godó.
Preocupación
y alarma son las palabras que mejor definen el sentimiento mayoritario
del empresariado catalán, que, como mucho, aceptaría apoyar una mejora
del sistema de financiación de la Generalidad -como también recogía
Alfons Quintà este domingo en El Debat- pero que teme que la apuesta de Mas por agitar el independentismo se le haya ido de las manos." (lavozdebarcelona.com, 17/09/2012)
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