"El principal argumento del Ejecutivo catalán para rechazar el actual sistema de reparto de fondos entre comunidades,
que debe renegociarse en 2013, es que Cataluña es la tercera comunidad
con mayor capacidad fiscal, tras Madrid y Baleares y que, tras hacer su
aportación a la solidaridad regional, baja hasta la octava posición en
recursos fiscales disponibles, según los datos de las liquidaciones
presupuestarias de 2010 del Ministerio de Hacienda.
Y eso que, en su
primer año de vida, el sistema pactado en 2009 por el exministro Pedro
Solbes y el exconsejero Antoni Castells aportó al menos 1.986 millones
más a las arcas catalanas.
Cataluña no es, sin embargo, la única comunidad castigada por el
sistema. Baleares y Madrid pasan de la primera y segunda posición en
recaudación a descender al noveno y décimo lugar en recursos finales,
respectivamente. Los académicos observan, además, que el modelo de
financiación adolece de arbitrariedad.
Lo expone la catedrática de
Hacienda Pública de la Universidad de Barcelona Núria Bosch en el
penúltimo Informe sobre federalismo fiscal. Por ejemplo, mientras las
tres comunidades más ricas caen drásticamente de posición tras realizar
su aportación a la solidaridad, tres autonomías que también están por
encima de la media como Asturias, La Rioja y Cantabria reciben todavía
más recursos y adelantan a las tres primeras regiones.
A partir de ahí, la Generalitat da un salto con el que no todos los
partidos y académicos están de acuerdo: para reducir el déficit fiscal
de Cataluña basta con cambiar de modelo de financiación.
Los detractores
de esa teoría sostienen que el saldo fiscal es la diferencia entre lo
que la Administración central aporta en un territorio a través de los
impuestos y lo que luego gasta en esa comunidad. Y ahí, recuerdan, no
solo interviene el modelo financiación, sino también la inversión en
infraestructuras, la financiación local o las prestaciones sociales.
Las últimas balanzas fiscales elaboradas por el Gobierno central,
publicadas en 2008, correspondían al ejercicio 2005.
Se calcularon de
acuerdo con dos métodos: el de flujo monetario, que imputa los gastos
del Estado en la comunidad donde se realizan —por ejemplo, una estación
del AVE en Zaragoza debe computar allí por la actividad comercial que
genera en la zona—, y el de carga-beneficio, que trata de medir el
impacto del sector público en el bienestar de los residentes de un
territorio —es decir, esa estación no solo beneficia a Zaragoza, sino
que forma parte de una infraestructura que usan ciudadanos de varias
comunidades—.
Con el primer método, Cataluña era en 2005 la segunda
comunidad con mayor déficit —detrás de Baleares—, del 8,7% del producto
interior bruto (PIB), mientras que el segundo arrojaba un déficit del
6,55% del PIB, solo inferior al de Madrid y Baleares.
Si bien el Gobierno central no ha seguido publicando las balanzas
fiscales, la Generalitat sí lo ha hecho. El Departamento de Economía,
dirigido por Andreu Mas-Colell,
estimó el déficit fiscal de 2009 en 16.409 millones de euros, de
acuerdo con el método del flujo monetario y eliminando el efecto crisis,
lo cual no le ahorró críticas del PSC y el PP.
Siempre según los datos
del Gobierno catalán, sin eliminar el impacto de la crisis, el
saldo fiscal sería de un déficit de 791 millones, el 0,4% del PIB, lo
cual se explica sobre todo por el aumento de las prestaciones de
desempleo que destina el Estado a ciudadanos catalanes.
El método de
carga-beneficio sin neutralizar incluso arrojaba un superávit de 4.015
millones, correspondiente al 2,1% del PIB. El Ejecutivo catalán, sin
embargo, prefirió obviar ese método." (El País, 12/09/2012)
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