"Martí Saballs, subdirector de Expansión, este martes en su blog:
‘Más Europa quiere decir menos España, menos Francia y
menos Alemania. La frase es de Artur Mas, presidente de la Generalitat
de Cataluña, en unas jornadas organizadas por Esade esta semana. Se le
olvidó agregar: “y mucho menos Cataluña”.
Es la
tragedia nacionalista. Sobre todo, de un nacionalismo que históricamente
se ha considerado europeísta. Por un lado, reclama más poder local, más
soberania fiscal, más competencias. Por el otro, reconoce que Europa o
se uniformiza más o se rompe en pedazos.
Una ruptura deseada,
curiosamente, por los crecientes nacionalismos radicales de índole
estatal, de extrema izquierda y derecha, del Centro y Norte del
continente. Las conclusiones sobre los deseos del nacionalismo catalán
son paradójicas: no le importaría ceder prerrogativas a Bruselas, a
1.340 km de distancia, pero sí a Madrid.
Haga usted el experimento de
preguntarle un día a un independentista que haría si, caso de ser
Cataluña independiente dentro de Europa, pensara que las leyes europeas
no son justas con su país. “¿Pediría la independencia de Europa?”. (...)
Levantar fronteras y más barreras han sido opciones sociales y políticas
que se han defendido a lo largo de la historia con resultados variados,
incluso terribles. No comparto estas opciones porque nunca he creído ni
en fronteras ni en barreras económicas ni culturales. Avanzamos cuanto
más compartimos.
El independentismo demuestra la incapacidad de trabajar conjuntamente con otros. Es fruto de un triste fracaso.
Europa necesita una nueva gobernabilidad, como lo necesita España. Y
defender la existencia de más regiones independientes no es el camino.
Esta crisis nos ha enseñado la necesidad de redefinir modelos de
gestión, pero sumando, nunca restando’. (lavozdebarcelona.com, 28/09/2011)
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