"Ahora bien, precisamente porque conocemos a los promotores de Sortu es lógico que se les exijan mayores garantías que a los boy-scouts o a las monjas de clausura.
La ley es igual para todos, desde luego, pero no está pensada para trazar un campo de juego neutral dónde ladrones y policías participen con las mismas posibilidades.
Es lo que no parece comprender Txelui Moreno cuando dice que no condenan a ETA pero tampoco al Estado español. No, lo cierto es que tienen que condenar a ETA porque solicitan integrarse en las instituciones representativas del Estado español.
Como Batasuna viene del apoyo a ETA, es decir, del ataque subversivo a las instituciones, ahora que quiere formar parte legal de ellas debe dejar claro que ha cambiado: y sólo pueden cambiar renunciando a lo que fueron, no haciendo promesas respecto a lo que van a ser.
En una palabra: hay que salir definitivamente no sólo de la violencia, sino de la red de complicidades, subterfugios y patrañas ideológicas que se han aprovechado de su coacción para deslegitimar nuestro estado democrático.
Que no sólo es culpa de Batasuna, sino también de otros, por acción u omisión:
imagínense por ejemplo las ocasiones pasadas en que algunos medios del ámbito nacionalista hubieran podido emplear el celo inquisitorial que hoy guardan para Ana Urchueguía en revelar complicidades de figuras públicas con el terrorismo o en revelar los nombres de quienes han pagado dócilmente a ETA durante años.
La banda infame ha vivido hasta hoy no sólo de la propaganda de unos sino también del silencio de otros.
Cuando Clodoveo, el primer rey pagano de los francos, decidió convertirse al cristianismo (por la fuerza de las circunstancias políticas, como Batasuna) el obispo que debía bautizarle exigió:
«Ahora quema lo que has adorado y adora lo que has quemado». ¿Puertas al campo? Claro, y bien sólidas que deben ser. " (Fundación para la Libertad, citando a Fernando Savater, EL DIARIO VASCO, 30/3/2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario