29/6/22

El debate sobre la independencia de Escocia se reinicia... La semana pasada, la primera ministra Nicola Sturgeon lanzó oficialmente la campaña de independencia del SNP... Pero, ¿podrá cumplir sus promesas? Tendrá que llegar a un acuerdo con el Gobierno del Reino Unido de una manera u otra. Esta es una realidad que no se puede discutir

 "Ha pasado más de un año desde las elecciones parlamentarias escocesas del pasado mayo. Aunque el gobernante Partido Nacional Escocés (SNP) no consiguió la mayoría de los escaños (le faltó un escaño), formó un acuerdo de cooperación con el Partido Verde Escocés. Ambos partidos apoyan la independencia de Escocia y, al igual que antes de las elecciones, el Parlamento escocés cuenta con una mayoría global a favor de la celebración de un nuevo referéndum de independencia y de que Escocia se convierta en un Estado independiente. Sin embargo, desde esas elecciones, el Gobierno escocés ha tratado hasta ahora la cuestión de la independencia como algo prácticamente inactivo.

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, prometió que se celebraría un referéndum, si era posible, dentro de la primera mitad de la legislatura de cinco años, a finales de 2023. Sin embargo, más allá de eso, el gobierno hizo poco públicamente para avanzar en su visión de la independencia, tan arraigada desde hace tiempo. En su lugar, la prioridad era hacer frente a la pandemia y que no se viera que se centraba en la Constitución a expensas de la salud pública. Ahora, los tiempos han cambiado y también el enfoque.

El 14 de junio de 2022, con un acto de presentación en Edimburgo, Nicola Sturgeon intentó reiniciar el debate sobre la independencia de Escocia. Junto a su colega de los Verdes escoceses, Sturgeon declaró que "es hora" de volver a discutir la cuestión de la independencia. Paralelamente, el Gobierno escocés publicó un informe en el que se comparan los resultados económicos y sociales del Reino Unido con los de otros países europeos, tratando de demostrar que Escocia estaría mejor como Estado independiente. En lo que respecta al SNP, su autodeclarada moratoria para defender la independencia ha terminado sin lugar a dudas.

Renovación de la campaña independentista

El debate sobre la independencia de Escocia ha constado durante mucho tiempo de dos discusiones paralelas: una de procedimiento sobre si debe celebrarse un referéndum, y otra de fondo sobre si Escocia debe ser independiente. La mayor parte de la atención en los últimos años se ha centrado en el debate de procedimiento. De hecho, el Gobierno escocés lleva desde 2017 enfrascado en una disputa política con el Gobierno del Reino Unido sobre la perspectiva de un nuevo referéndum. Actualmente no existe consenso, ni entre los partidos del Parlamento escocés ni entre los gobiernos de Edimburgo y Londres, sobre si debe celebrarse un nuevo referéndum o cuándo.

Es de destacar, por tanto, que el SNP haya optado deliberadamente por centrar la renovada campaña independentista del Gobierno escocés en el debate de fondo. El informe de la semana pasada se ha presentado como el primero de una serie de documentos, denominados "Construyendo una nueva Escocia", que el gobierno pretende publicar por etapas en los próximos meses. Según Sturgeon, los próximos documentos abordarán los temas de la economía y las finanzas, la moneda, el bienestar y las pensiones, la pertenencia a la UE, el comercio, la defensa y la seguridad. En conjunto, deberían constituir el argumento del Gobierno escocés a favor de la independencia, de cara al referéndum que aspira a celebrar a finales del próximo año.

Dos aspectos de esta nueva campaña destacan. En primer lugar, la estrategia de los múltiples documentos de la Nueva Escocia supone un cambio respecto al enfoque del SNP antes del referéndum de independencia de 2014. En aquel entonces, el Gobierno escocés publicó un único informe de 650 páginas, titulado Scotland's Future, como su prospecto de firma para la estadidad. A pesar de su longitud, ese informe se recuerda hoy en día sobre todo por su vaguedad y precipitación. Con su serie "Nueva Escocia", el SNP espera sin duda evitar críticas similares esta vez, abordando los temas centrales del debate de fondo de forma específica y planificada.

En segundo lugar, el Gobierno escocés ha intentado, por ahora, evitar el debate de procedimiento. La serie "Nueva Escocia" se centra en presentar argumentos a favor de la independencia y en convencer a los votantes de que respalden esa opción. No está diseñada para abordar la cuestión no resuelta de cómo celebrar un referéndum cuando el Gobierno del Reino Unido se opone a esa premisa. De hecho, puede parecer bastante extraño haber lanzado una nueva campaña de referéndum de independencia cuando el propio referéndum aún no ha sido acordado entre Edimburgo y Londres. Sin embargo, la justificación para hacerlo habla de las presiones contrapuestas que pesan sobre el SNP y los Verdes escoceses en su búsqueda tanto de un referéndum de verdad como de un futuro Estado.

El cálculo del referéndum escocés

Desde que planteó por primera vez la posibilidad de un nuevo referéndum de independencia en respuesta al Brexit, el Gobierno escocés ha sido consistente en pedir que sea "legal" y "constitucional". En otras palabras, su objetivo es proporcionar una ruta genuina hacia la independencia, si los votantes eligen ese camino. En última instancia, ese objetivo sólo puede alcanzarse mediante la cooperación con el Gobierno del Reino Unido. Sin embargo, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha dejado claro en varias ocasiones, incluso después de las elecciones al Parlamento escocés del año pasado, que no quiere discutir la cuestión. En este sentido, el SNP intenta ahora aplazar las cuestiones de procedimiento y concentrarse en sus argumentos de campaña, ya que éstos no dependen de una negociación externa. Esos argumentos pueden ser formulados y ofrecidos a los votantes directamente, con el imprimatur del Gobierno escocés, en su propio calendario.

Además, la búsqueda por parte del movimiento independentista de su mayoría popular, expresada finalmente en un referéndum, se considera cíclica. Un resultado de un referéndum favorable a la independencia puede dar lugar a la creación de un Estado, y la opinión pública favorable a la independencia puede dar lugar al referéndum. En los últimos meses, los sondeos indican que los votantes están divididos de forma bastante equitativa sobre la cuestión constitucional, con una ligera ventaja para los partidarios del Reino Unido. Sintiéndose lo suficientemente seguro como para reanudar sus esfuerzos de campaña, el SNP, junto con los Verdes, intentará ahora reforzar el apoyo a la causa. Su atención se centrará, en particular, en los votantes que se oponen al Brexit pero que no apoyan la independencia, es decir, aquellos que podrían ser persuadidos de apoyarla con un prospecto suficientemente convincente y sólido. Ese es, sin duda, el público principal de la serie Nueva Escocia.

Más cerca de casa, la dirección del SNP ha estado sometida a una presión constante por parte de los miembros del partido y del movimiento independentista en general para que haga progresos tangibles en la misión de la estadidad. Después de haber pedido durante años un nuevo referéndum, y de haberse comprometido a celebrarlo a finales del próximo año, el SNP tiene el imperativo de cumplir su promesa. Si el partido se presenta a las próximas elecciones parlamentarias escocesas, previstas para mayo de 2026, sin haber celebrado un referéndum, la reacción de los partidarios tradicionales podría ser muy negativa. Por lo tanto, la campaña de independencia del nuevo gobierno está vinculada a la longevidad del partido y de su liderazgo.

Con el lanzamiento de la semana pasada, el SNP activó oficialmente su campaña general de independencia. En la práctica, la atención se centrará probablemente en la publicación de cada uno de los documentos de Nueva Escocia y en los argumentos contrapuestos asociados a los temas centrales del debate. No obstante, el partido no puede obviar el hecho de que, desde el punto de vista del procedimiento, sus relaciones con el Gobierno del Reino Unido sobre un referéndum siguen en un punto muerto. El Gobierno escocés puede presentar sus argumentos a favor de la independencia, independientemente de ese impasse, y tiene motivaciones para hacerlo. Sin embargo, para asegurar un referéndum con un camino viable hacia la condición de Estado, tendrá que llegar a un acuerdo con el Gobierno del Reino Unido de una manera u otra. Esta es una realidad que no se puede discutir."

(Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator)

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