7/4/22

Xavier Rius: He detectado en el ambiente la idea de que el proceso ya es historia. Pelillos a la mar. Borrón y cuenta nueva... Nadie habla del proceso. Flota en el ambiente que todos volvemos a ser amigos. Que no ha pasado nada... En el Parlament ya no se ven lazos amarillos. Diría que tampoco en las calles... Y están colocando a los suyos en el sector público en agradecimiento por los servicios prestados... ¡Incluso la Selección española ha vuelto a jugar en Catalunya tras 18 años de ausencia!... Pero déjenme decir una cosa: yo ni olvido ni perdono... El daño causado es demasiado grande. Los daños políticos, económicos, sociales. La marcha de empresas. La fractura social... Además, ahora que no vengan diciendo que no lo sabían. Que no se imaginaban la reacción del Estado. Claro que lo sabían... No he oído a pesar de los desperfectos causados ninguna autocrítca, reflexión o contricción. Al contrario, todavía posan en las redes como si fueran los buenos de la película... Por eso: no olvidaré mientras viva el daño causado

 "He detectado en el ambiente la idea de que el proceso ya es historia. Pelillos a la mar. Borrón y cuenta nueva.

La primera vez que tuve esta sensación fue en la presentación del libro de Joan Ferran (“Flores de Arcén”) en la Librería Byron el pasado 16 de marzo. Al otro lado del pasillo tenía la exvicerpresidenta del gobierno con Artur Mas, Joana Ortega.

Hasta me saludó.

La última vez que la vi en el Parlament simuló no verme.

Todo transcurrió muy cordial.

La verdad es que ambos tienen muy buena relación personal desde que eran diputados en la comisión de control de la Corpo.

Me alegro.

La segunda fue el pasado miércoles en el Pregón de Santa Eulalia que organiza cada año el Gremio de Restauración de Barcelona.

En este caso hasta me saludó, desde la distancia, Pilar Rahola.

Todo muy transversal: tomaron la palabra, entre otros, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, el socialista Jaume Collboni; y el vicepresidente del Govern, el neoconvergente Jordi Puigneró.

Nadie habló del proceso.

Flotaba en el ambiente de todos volvíamos a ser amigos. Que no había pasado nada.

Se nota que va a la baja.

De hecho, hasta han descolgado la pancarta del balcón de la Generalitat con la excusa de la guerra de Ucrania.

En el Parlament ya no se ven lazos amarillos. Diría que tampoco en las calles.

Y están colocando a los suyos en el sector público en agradecimiento por los servicios prestados. Como a Xevi Xirgo, amigo personal de Puigdemont, que lo han puesto de presidente del CAC con el beneplácito del PSC.

¡Incluso la Selección española ha vuelto a jugar en Catalunya tras 18 años de ausencia!

Supongo que a estat voluntad de pasar página contribuye también la actitud de los socialistas catalanes. Al fin y al cabo es casi el lema personal de Salvador Illa: hay que pasar página.

Pero déjenme decir una cosa: yo ni olvido ni perdono.

O mejor dicho, como decía Robert Kennedy: “perdona siempre a tus enemigos, pero nunca olvides sus nombres” (1).

El daño causado es demasiado grande. Los daños políticos, económicos, sociales. La inestabilidad política. La marcha de empresas. La fractura social.

Además, ahora que no vengan diciendo que no lo sabían. Que no se imaginaban la reacción del Estado. Claro que lo sabían.

¿Cómo cree que hubiera reaccionado cualquier Estado de nuestro entorno ante un órdago similar? Prueben de hacer lo mismo en Estados Unidos o en Alemania. Ahí no se andan con chiquitas.

Porque hay que recordar la media docena de acciones perpetradas: declararon la independencia, abolieron la monarquía, proclamaron la república, derogaron la Constitución, suprimieron el Estatut y se pasaron por el forro las notificaciones del TC. Todo en uno.

Nadie podía imaginarse que unos dirigentes políticos con sueldos de más de 100.000 euros anuales, secretaria, coche y escolta oficial pudieran liar la que liaron.

Pero lo hicieron.

Por eso, lo peor es que todavía van de héroes, de víctimas, de buenos de la película. No he oído a pesar de los desperfectos causados ninguna autocrítca, reflexión o contricción- Al contrario, todavía posan en las redes como si fueran los buenos de la película.

¿Se han dado cuenta de que en las fotos siempre salen sonriendo? Yo siempre me pregunto: ¿de qué se ríen?

Porque, con todo, lo peor no serán los daños materiales sino los morales e incluso emocionales: la caída de la autoestima -al menos de la mía-, la falta de confianza, el deterioro de la imagen exterior.

Estamos asistiendo sin saberlo a la descomposición de una sociedad que, no hace tantos años, presumía de ser madura, avanzada y transversal.

¿Cómo no van a cortar los maestros las ronda si lo hacen los indepes en la Meridiana? ¡Y durante dos años! Esto ya es un campi qui pugui, un can seixanta.

Por eso: ni perdón ni olvido.

Insisto sería capaz de hacerlo si hubiera salido de ellos alguna palabra sincera.

Ni eso.

Al contrario, antes eran ellos los que decían “Ni oblit ni perdó” O “ho tornarem a fer”. Pues ahora somos el resto.

Todos los que nos han tratado como a una mierda, como imbéciles, como si no existieramos durante estos diez años interminables de proceso.

¡Pero si hasta insultaban desde TV3! ¡Y pagando nosotros!

Porque en el fondo fue una minoría -Gregorio Morán ya la bautizó acertadamente cen el 2014 omo la “minoría hegemónica” (2)- la que llevó la voz cantante.

El resto éramos chusma.

De hecho todavía tenemos que aguantar el desprecio, el mirarnos por encima del hombro, la superioridad moral.

Yo lo noto cada martes en la ruda de prensa de gobierno. Te riñen como a un colegial cuando los colegiales son ellos.

Mucho me temo que Catalunya ha quedado partida por la mitad.

Pero incluso esto es culpa suya. El resto asistimos al espectáculo atónitos. Y los que lanzamos señales de advertencia fuimos ninguneados o silenciados.

Tampoco creo que tenga ya arreglo. Lo único que podemos aspirar es a convivir tranquilamente.

Ya es mucho porque algunos hasta soñaban con una guerra en plan Eslovenia.

Por eso: no olvidaré mientras viva el daño causado.

 
(1) Valentí Puig: “Malicia en el país de la política”. Alfabeto, Madrid 2021

(2) Gregorio Morán: “Las urnas milagrosas”, 15 de noviembre del 2014. Artículo en La Vanguardia"         (Xavier Rius, director de e-notícies, 01/04/22)

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