1/4/22

Albert Soler: Se va la fábrica de baterías a Valencia, se va el museo Hermitage, se ha ido Nissan, se han ido un montón de empresas, se irán los JJOO de Invierno antes de venir si no es que los miembros de COI votan las sedes en pleno coma etílico, se va todo el mundo de Cataluña excepto los que deberían marcharse para no volver y están gobernando... Ni un paso atrás, proclamaban los lacistas se diría que hace siglos, y efectivamente, ni un paso atrás darán hasta conseguir que entremos en la economía de subsistencia... En la actual Catalunya, hechos que no hace mucho te llevaban al psiquiátrico te llevan ahora al Parlament. Lo mismo ocurre con hechos que hasta hace poco te llevaban a la cárcel

 "Albert Soler: Ni sopla viento ni la barca es nueva.

 Se va la fábrica de baterías a Valencia, se va el museo Hermitage, se ha ido Nissan, se han ido un montón de empresas, se irán los JJOO de Invierno antes de venir si no es que los miembros de COI votan las sedes en pleno coma etílico, se va todo el mundo de Cataluña excepto los que deberían marcharse para no volver y están gobernando, pero a nosotros nos da igual, porque somos catalanes y con esto en hacemos lo suficiente. 

Ser catalán supone de por sí tanta riqueza espiritual, que toda la material nos sobra y la vamos regalando a pueblos más necesitados. Ni un paso atrás, proclamaban los lacistas se diría que hace siglos, y efectivamente, ni un paso atrás darán hasta conseguir que entremos en la economía de subsistencia, con cada catalán comiendo lo que buenamente haya podido cultivar en su balcón, al grito de «¡cuánta dignidad!».

 A los lacistas no les interesan minucias como trabajar o comer, sino temas de verdad esenciales como colgar una pancarta de vez en cuando, escribir tuits contra España o llevar en la cartera el carné del Consejo de la República, que al menos sirve para eso, para llevarlo a la cartera, digo.

 La expresión más utilizada cada vez que se anuncia el adiós de otra empresa o la pérdida de una inversión más, es «buen viento y barca nueva», que es como se dice en idioma lacista que las uvas están verdes . ¿Qué deben decir si no? ¿Que por culpa del delirio de unos pocos, una región que no hace mucho era líder está casi arruinada? Esto, nunca. Para evitarlo, existen unos mantras que deben repetirse, a poder ser con cara de odio, como hace el presunto diputado Joan Canadell, culpando en un tuit a España de la inoperancia e inutilidad de su gobernillo respecto a la fábrica de baterías. Nada extraño en alguien cuyo único mérito para formar parte de una lista electoral fue pasearse en coche con una carita del Vivales colocada en el asiento del copiloto. En la actual Catalunya, hechos que no hace mucho te llevaban al psiquiátrico te llevan ahora al Parlament. Lo mismo ocurre con hechos que hasta hace poco te llevaban a la cárcel.

 En Cataluña, una empresa nunca estará tranquila, el día menos pensado le montamos un piquete en la puerta porque en el menú que ofrece a sus trabajadores pone «pan y postre» en lugar de «pan i postre», y claro , los catalanohablantes no comen nada porque no entienden lo que se les ofrece, lo que repercute en su salud y -peor- en su rendimiento laboral. Eso sí, a cambio de sufrir a menudo estos pequeños inconvenientes, las empresas tendrán el orgullo de estar ubicadas en Cataluña, que eso sí que es relevante. Y si no les gusta, buen viento y barca nueva, que hay cola de industrias que desean venir a instalarse. 

 - Errr... presidente, que no hay ninguna, que nadie quiere venir. 

 - ¿Ah no? Pues buen viento y barca nueva a por todas, no nos hacen falta. ¡Somos Cataluña!

 -¿Y ya está? ¿Es esto todo? -Perdón: y la culpa es de España. El empresario que quiera venir a Cataluña, que digo, incluso lo que quiera permanecer, tendrá que firmar un documento de adhesión al régimen, al igual que deben hacerlo los periodistas que quieran participar en ruedas de prensa del gobernillo . Orgullosos deberían estar acogidos por la mayor nación de la tierra, para que, de postre, pretendan producir en paz."                  (Albert Soler, Diari de Girona, 01/04/22)

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